EL NIÑO QUE SE SALVÓ
DE QUEDAR ATRAPADO EN LA CUEVA TAILANDESA GRACIAS A LA SUPERSTICIÓN
Paisan
Jupoh sabe que es afortunado. El rescate de sus compañeros del equipo de
fútbol, atrapado en la cueva Tham Luang, lo tiene por sí solo encerrado en una
incertidumbre, la cual no oculta pese a su corta edad. No es para menos, su
mejor amigo está entre el grupo con el que jugaba fútbol a diario.
“Mi
mejor amigo Than, está en la cueva. Es el más pequeño pero es uno de los
mejores jugadores. Lo extraño mucho. Me gustaría saber como está”, le dice
Paisan al reportero de la Deutsche Welle, luego que este medio de comunicación
alemán se enterara de la suerte que corrió el niño, tras obedecer a su madre.
Su
madre es conocida por pertenecer a una religión en la que guardan culto a los
ancestros. La madre de Paisan cree que en la cueva vive un espíritu maligno y
por eso el niño tiene prohibido ingresar al lugar. De ahí que no asistiera a la
excursión que acabó en percance para sus compañeros futbolistas. Esta vez, la
obediencia de la mano de la superstición, dio paso al alivio con el que respira
la religiosa mujer, al saber que Paisán no está en la lista de los niños a
rescatar.
“Estoy
muy contenta de que obedeciera. En general es un niño muy tranquilo y obediente
que no da problemas. Estoy tan agradecida de no tener que preocuparme por él
ahora”, comenta aliviada Aper Jupoh. Sabe perfectamente que otras madres como
ella, han estado o continúan en vilo, esperando por el rescate de sus hijos.
El
reportaje de la DW, muestra a Paisán pendiente del celular, como el resto del
mundo, esperando nuevas noticias del rescate de sus compañeros. Aún así, trata
de seguir con su vida, pero esta vez sin entrenamientos de fútbol, solo jugando
con el resto de sus amigos para distraerse un poco de la noticia principal.
“Quiero
que todos salgan cuanto antes para volver a jugar al fútbol”, asegura el
esperanzado niño. De alguna forma sabe que lo ocurrido a sus compañeros de
equipo no lo tiene exento de anotarse una victoria al verlos regresar sanos y
salvos.
Fuente:
biobiochile
Paola Alemán
No hay comentarios:
Publicar un comentario