MÁS DE LA MITAD DE HISPANOS HA SUFRIDO
DISCRIMINACIÓN EN EEUU, SEGÚN SONDEO
Surgido de las cenizas de
la guerra civil en el sur de Estados Unidos, el Ku Klux Klan desapareció y
renació antes de perder la batalla contra los derechos civiles de los negros en
la década de 1960. Perdió miembros, se dividió y varios de sus militantes
terminaron en la cárcel por una serie de asesinatos de negros. Muchos pensaron
que la organización ya no existía y era apenas un fantasma de capas blancas,
símbolo del odio y la violencia.
El KKK, sin embargo, sigue
vivo y sueña con volver a ser lo que fue: un imperio supremacista blanco
invisible, cuyos tentáculos se esparcen por toda la sociedad. Al conmemorar sus
150 años, el Klan trata de adaptarse a los tiempos modernos.
Stetson Kennedy, miembro del Ku Klux Klan, de
Jacksonville, Fla., en una foto de 1947. Sale escoltado por la policía del
Capitolio de Washington. AP
Y su principal causa ya no
es la lucha contra los derechos civiles de los negros sino frenar la
inmigración, según Brent Waller, imperial wizard (máximo líder) de los United
Dixie White Knights de Mississippi.
Varios líderes del Klan
coinciden en que el que Donald Trump tenga prácticamente asegurada la
nominación presidencial republicana es un indicio de que la visión de esa
organización está ganando peso.
“Venimos diciendo desde
hace 40 años que hay que construir un muro” en la frontera con México, como
propone Trump, expresó Thomas Robb, líder de una filial del Klan de Arkansas.
Decenas de miembros del
KKK siguen reuniéndose al aire libre en el sur para prenderle fuego a cruces
durante la noche y en tiempos recientes han circulado panfletos de la
agrupación en barrios suburbanos tanto del sur como del norte. Y algunas
agrupaciones independientes del Klan dicen que se están uniendo a otras
organizaciones más grandes para ganar fuerza.
En una serie de entrevistas
con la Associated Press, líderes del Klan dijeron que sienten que la política
estadounidense avanza en la dirección que ellos quieren y que se está
esparciendo una mentalidad nacionalista, de nosotros contra ellos, en toda la
nación. El deseo de frenar o al menos contener la inmigración –algo que pregona
el Klan desde la década de 1920– es más fuerte que nunca. Y aumentan los
afiliados a medida que se acerca el final del segundo término del presidente
Barack Obama.
Unirse al Klan es
sencillo, siempre y cuando uno sea blanco y cristiano. Solo hay que llenar un
formulario. Se pueden comprar las típicas batas blancas del Klan por $145
dólares, donde también se venden batas de satín por $165.
Si bien el Klan aterrorizó
a las minorías durante el último siglo, sus líderes presentan ahora una imagen
que es más virulenta que violenta. Dirigentes de distintas agrupaciones del
Klan dicen que tienen reglas contra el uso de la violencia, salvo que sea en
defensa propia, y hasta los propios detractores admiten que la organización se
ha moderado luego de que varios de sus miembros fuesen presos por provocar
incendios, golpizas y atentados con bombas o armas de fuego.
“Se cree que el Klan sigue
involucrado en atrocidades, pero sin ninguna duda no es tan violento como el
Klan de los años 1960”, afirmó Mark Potok, del Southern Poverty Law Center, una
organización que vigila las actividades de grupos que considera extremistas.
“Eso no quiere decir que
es una agrupación benigna que no apela a la violencia política”, agregó.
Los líderes del Klan
dijeron a la AP que la mayoría de sus agrupaciones son pequeñas y operan en
forma independiente. Hay muchas divisiones por diferencias en torno a temas
como si deben aliarse con neonazis, realizar actos públicos o usar
indumentarias de otros colores que no sean el blanco.
Es imposible saber cuántos
afiliados tiene el Klan hoy ya que sus agrupaciones no dan esa información,
pero sus líderes afirman que son miles, integrados a grupos llamados Klaverns.
SE CREE QUE EL KLAN SIGUE
INVOLUCRADO EN ATROCIDADES, PERO SIN DUDA NO ES TAN VIOLENTO COMO EL KLAN DE
LOS AÑOS 1960
Mark Potok, del Southern Poverty Law Center
“La mayoría de las
organizaciones del Klan pueden llevar a cabo un acto en el baño de un
McDonald's”, expresó Chris Barker, “imperial wizard” de los Leales Caballeros
Blancos del KKK en Eden, North Carolina. Su klavern (rama local), dijo, “cuenta
con cerca de 3,800 miembros”.
La Liga Antidifamación
judía, que observa las actividades del Klan, describe a los Leales Caballeros
Blancos de Barker como la organización más activa que tiene el Klan hoy, pero
calcula que no cuenta con más de 200 afiliados. Y estima que a nivel nacional,
el Klan tiene unos 3,000 miembros.
El Southern Poverty Law
Center, con sede en Alabama, estima que el Klan cuenta con 190 filiales en todo
el país, con 6,000 miembros en total, comparado con los 2.5 millones que se
cree llegó a tener en los años 20.
“La idea de unificar al
Klan como en los años 1920 sigue siendo un sueño del Klan, pero no se está
haciendo realidad”, dijo Potok.
ORÍGENES DEL KLAN
El KKK fue creado por seis
exoficiales confederados (del sur) después de la Guerra Civil de 1861-1865.
Inicialmente era una especie de fraternidad universitaria que usaba ropas
ceremoniales y daba extraños títulos a sus dirigentes. Al poco tiempo, sin
embargo, negros que habían sido liberados estaban siendo aterrorizados y se
responsabilizó al Klan por ello. Cientos de personas fueron agredidas o
asesinadas mientras los blancos trataban de recuperar el control de la
Confederación tras su derrota. El Congreso proscribió al Klan en 1871 y la
agrupación desapareció.
El Klan parecía algo del
pasado hasta que estalló la Primera Guerra Mundial y renació para oponerse a la
llegada de olas de inmigrantes, sobre todo europeos. Creció cuando la
Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (conocida por sus
siglas en inglés, NAACP) intentó anular las leyes que proclamaban la
segregación racial en los años 1920. Millones de personas se le unieron,
incluidos líderes comunitarios como banqueros y abogados.
Pasado ese momento de
apogeo, el Klan perdió nuevamente miembros y hacia mediados de los años 1960,
en plena batalla por los derechos civiles de los negros, contaba con unos
40,000 afiliados. Muchos de sus miembros fueron hallados culpables de recurrir
a asesinatos para combatir el movimiento a favor de la igualdad de derechos en
estados como Mississippi y Alabama, donde un miembro del Klan sigue preso por
colocar una bomba que mató a cuatro niñas negras en una iglesia de Birmingham
en 1963.
Por más que trate de
presentar una nueva imagen, el Klan sigue quemando cruces. Al ponerse el sol en
una cálida tarde de abril, miembros del Klan formaron un enorme círculo en un
terreno del noroeste de Georgia y le prendieron fuego a una esvástica nazi.
“¡Poder blanco!”, gritaron
al unísono.
“¡Muerte a los impíos!
¡Muerte a nuestros enemigos!”.
En este despacho
colaboraron el reportero de la Associated Press Ryan Phillips, desde Stone
Mountain, Georgia, y el fotógrafo Mike Stewart, desde Rome, Georgia.
Un mitin ceremonial se celebra cerca de Los Angeles en
esta foto del 13 de febrero de 1925. El Congreso proscribió el Klan en 1871, y
resurgió después de la I Guerra Mundial. AP
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