1º DE FEBRERO DE 1954 SU DESCUBRIMIENTO
A finales de enero de
1954, Guillermo Chacón, buscador de minas y tesoros, junto a su amigo Luis
Gerardo Ríos y su sobrino Jaime Ríos, iniciaron una excursión desde la localidad
de Puente Alto, que tenía como objetivo explorar tres estructuras de piedra en
el cerro El Plomo, a 5.400 metros de altura en la cordillera frente a Santiago.
No era la primera vez que
Chacón, detrás la huella de una mina de plata, había ascendido dicho cerro y
excavado en el lugar, donde había encontrado algunas figuras de plata de
confección indígena.
Por su avanzada edad,
Chacón no subió hasta las estructuras de piedra y permaneció en un sector
llamado "Piedra Numerada", mientras Gerardo Ríos y su sobrino Jaime
ascendían hasta el punto más alto para cumplir con su objetivo.
Luego de una dura jornada
de excavación y afectado por la altura, Jaime Ríos encontró en la última de las
pircas o estructuras dos figuras de camélidos, una de aleación de oro y plata y
otra de concha de mullu, junto con otros objetos que componían la ofrenda
ritual del Niño.
Prosiguieron con su
trabajo hasta que se toparon con un objeto, que si bien no era duro, fue de
difícil extracción. Después de tomar un descanso y almorzar, insistieron con
pala y chuzo hasta que finalmente Luis Gerardo Ríos pudo extraer ese bulto, se
lo pasó a su sobrino y siguió explorando la pirca. Minutos después, Jaime le
comunicó que el bulto contenía un "niñito". Era el 1 de febrero de 1954.
Bajaron a "Piedra
Numerada" y pasaron la noche junto a Guillermo Chacón. Antes de volver a
Puente Alto decidieron enterrar el cuerpo del infante en una cueva y descender
sólo con los otros objetos que habían encontrado.
Semanas después, Chacón propuso a Gerardo Ríos buscar alguien que les dijera el valor de lo encontrado. Viajaron entonces a Santiago con el propósito de consultar y vender los objetos. Se dirigieron primero hasta el Museo Histórico Nacional, donde no fueron recibidos y luego hasta la Quinta Normal para visitar el Museo Nacional de Historia Natural.
Semanas después, Chacón propuso a Gerardo Ríos buscar alguien que les dijera el valor de lo encontrado. Viajaron entonces a Santiago con el propósito de consultar y vender los objetos. Se dirigieron primero hasta el Museo Histórico Nacional, donde no fueron recibidos y luego hasta la Quinta Normal para visitar el Museo Nacional de Historia Natural.
En el Museo Nacional de
Historia Natural fueron recepcionados por Grete Mostny, jefa de la Sección
Antropología entre los años 1943 y 1964, quien examinó lo traído por Chacón y
Ríos. Mostny les solicitó que volvieran en unos días debido a la ausencia del
director Humberto Fuenzalida. En la segunda visita, Fuenzalida, también examinó
los objetos, pero no se pudo llegar a un acuerdo sobre el precio y la venta no
se efectuó.
En días posteriores Grete
Mostny viajó a Puente Alto con el propósito de adquirir el cuerpo del Niño para
el Museo. El 8 de marzo de 1954, Guillermo Chacón y Gerardo Ríos ascendieron a
El Plomo, retiraron el cuerpo de la cueva donde lo habían dejado y bajaron a
Puente Alto.
Las negociaciones entre
Chacón y el director del Museo fueron arduas hasta que finalmente la pieza fue
adquirida por la suma de 45 mil pesos de la época. Este hecho alcanzó gran
cobertura informativa en los medios nacionales e internacionales, dándolo a
conocer erróneamente como la momia del Cerro El Plomo, además de afirmar que se
trataba de una princesa.
El hallazgo del niño del
Cerro El Plomo fue el primer descubrimiento de esta naturaleza efectuado en
Chile y se caracterizó por la calidad de su conservación así como por la
modalidad de su enterratorio.
Nota:
La momia de este niño inca
momificado permanece en una cámara refrigerada en el Museo Nacional de Historia
Natural de Santiago. Las presentaciones
de la momia al público en general son limitadas y programadas cada cierto
tiempo por el Museo, dada su delicada conservación al ser retirada de su lugar de origen.
Más información en:
http://www.iiee.cl/r_monia_olvidada.html
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