UN ALTO CARGO
DE LAS SS NAZIS FUE GUARDAESPALDAS
DE EVA PERÓN
Otto
Skorzeny, que murió en Madrid en 1975, tras la II Guerra Mundial viajó a
Argentina y se convirtió en hombre de confianza de su presidente, según la
investigación de un periodista irlandés
Otto
Skorzeny, alto mando de las SS nazis y uno de los militares favoritos de
Hitler, trabajó como guardaespaldas de la primera dama de ArgentinaEva Perón,
según ha revelado un periodista irlandés. Precisamente Skorzeny terminó sus
días como granjero en Irlanda.
«Durante la
Segunda Guerra Mundial lo llamaban el hombre más peligroso de Europa. Después
del conflicto bélico viajó a Buenos Aires, Argentina, donde se convirtió en
asistente del presidente Juan Domingo Perón y guardaespaldas de su mujer», ha
explicado el periodista Kim Bielenberg en un reportaje publicado por la cadena
británica BBC.
Skorzeny fue
uno de los soldados favoritos de Hitler, y cobró fama por el rescate de Benito
Mussolini de un hotel en medio de los Apeninos, donde estaba preso. Así salvó
al líder fascista italiano de ser entregado a los aliados.
Nacido en
Austria en 1908, durante la Segunda Guerra Mundial Skorzeny ocupó varias
posiciones destacadas. En abril de 1943 fue puesto al frente de las fuerzas
especiales alemanas, donde comandó un pelotón de elite de las SS (Escuadras de
defensa del nazismo).
«Caracortada»
El 25 de
julio de 1943, Hitler se enteró de la captura de Mussolini y le pidió a
Skorzeny que se encargara del rescate del «Duce». Durante varios meses
«Caracortada» -como era llamado por su cicatriz- buscó información fiable sobre
la localización de Mussolini. Hasta que en septiembre de ese año logró dar con
él: estaba en un hotel situado en una remota montaña de los montes Apeninos, en
el norte de Italia.
Con semejante
éxito, Skorzeny fortaleció su prestigio y fue ascendido a mayor. Incluso el
primer ministro británico Winston Churchill calificó el rescate como un acto de
«gran audacia militar».
Logró huir
primero a Francia y luego a España, desde donde viajó a Argentina
Diez días
después del suicidio de Hitler en mayo de 1945, Skorzeny se rindió ante un
escuadrón estadounidense. Estuvo en el banquillo de acusados en los juicios de
Dachau en 1947 por crímenes de guerra, especialmente por la ofensiva en Las
Árdenas, pero no se le atribuyó responsabilidad alguna. Logró huir con la ayuda
de compañeros de las SS primero a Francia y después a España, desde donde viajó
varias veces a Buenos Aires, donde conoció al presidente Juan Domingo Perón y
se convirtió en asistente y guardaespaldas de su esposa, Eva Perón.
En junio de
1957, el exagente nazi viajó a Irlanda, donde fue recibido como un héroe.
«Reggie Darling, un historiador de la zona, lo recuerda como un hombre grande,
llamativo por su enorme cicatriz y que no era precisamente muy amable y a quien
no le interesaba cruzarse mucho con la gente», ha relatado Kim Bielenberg.
Pese a su
pasado, Skorzeny viajó a Irlanda en 1957 para intentar convertirse en un
sencillo granjero, pero no dejó de despertar algunas suspicacias con su 1,93
metro de estatura, los 114 kilos de peso, y la enorme cicatriz que atravesaba
su mejilla izquierda. «Las noticias de la prensa irlandesa de aquel entonces
retrataban a Skorzeny como un glamuroso hombre del espionaje», ha indicado
Bielenberg.
El único
refugio estable que encontró fue su residencia de Madrid, donde murió de cáncer
en 1975. Skorzeny sería además el máximo responsable del grupo secreto
Organización de Antiguos Miembros de las SS (Odessa) en España.
EFE LONDRES
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