UNA
LEYENDA VINCULA A UNA DONCELLA CON ESTE DICHO QUE ALUDE A LA PATRONA DE LO
IMPOSIBLE
«Santa
Rita, rita, rita, lo que se da no se quita». Quién no ha usado de niño esta
expresión cuando alguien reclamaba algo que anteriormente había regalado sin
saber que con este conjuro infantil invocaba a la «patrona de lo imposible».
Por este apelativo se conoce a Santa Rita de Casia, una piadosa italiana que se
ganó pronto el cariño popular por haber pasado por las penas y vicisitudes de
una mujer de su tiempo.
Margarita
Lotti, como en realidad se llamaba la santa, nació en la pequeña localidad
italiana de Rocca Porena en 1381. Hija única, pronto quiso ingresar en un
convento, pero sus padres la obligaron a casarse con apenas 12 años con Paolo
di Ferdinando di Mancino, un hombre cruel y violento que constantemente la
maltrataba y humillaba, según algunas crónicas. Durante 18 años soportó Rita
este terrible matrimonio, rogando a Dios que convirtiera a su esposo, hasta que
éste fue asesinado un día de vuelta a su casa. Un año después, la epidemia de
peste se llevó a sus dos hijos, Feltrinelli y Paolo Maria, por los que también
rezaba pues habían salido al padre. Cuentan que sus oraciones dieron fruto y
que poco antes de morir los tres habían cambiado a mejor.
Viuda
y sin hijos, intentó repetidamente entrar en un convento, «pero las comunidades
de monjas le respondían que ellas solamente recibían a muchachas solteras»,
según señala la agencia católica Aciprensa. Al final fue admitida en el
convento agustino de Cascia, donde fue «ejemplo para todos en términos de sus
mortificaciones y es muy reconocida por la eficiencia de sus plegarias», señala
la Enciclopedia Católica.
Santa
Rita y el conjuro infantil de «lo que se da no se quita»
Cuentan
que a los 61 años, en 1428, recibió el estigma de una espina de madera que se
le clavó en la frente y así es como aparece representada esta santa a la que se
le relaciona con las abejas y con las rosas por su famoso milagro. Al parecer
Rita pidió a una prima suya que le visitó una rosa del jardín del convento y en
pleno invierno ésta la encontró, mostrando cómo nada es imposible de conseguir
si algo se pide con fe. De ahí que desde entonces se la considere patrona de lo
imposible.
A
Santa Rita, que fue canonizada en 1900, debió invocar una doncella poco
agraciada para encontrar un novio que la quisiera. Según reza la leyenda que
recoge Gregorio Doval en «Del hecho al dicho», «la santa viuda se apiadó de
ella y le concedió pronto el deseo». El novio, sin embargo, se echó atrás
rompiendo el compromiso con la doncella, que increpó a la santa: «¡Santa Rita,
Santa Rita, lo que se da no se quita!».
«La
doncella no consiguió este nuevo favor y hubo de quedarse soltera, sin otro
remedio que quedar para vestir santos -con la sola excepción, cabe suponer, de
Santa Rita, cual por entonces era, desgraciada y tradicionalmente, la única
actividad reservada a las solteronas», fabula Doval.
Otros
opinan que el famoso dicho sería en realidad una degeneración del de «Santa
Rita, siempre da y nunca quita»
Santa
Rita nunca fue sepultada y aún hoy su cuerpo incorrupto permanece en la
Basílica dedicada a ella en el monasterio de las agustinas de Cascia. Su fiesta
es el 22 de mayo.
M.
ARRIZABALAGA ARRIZABALAGA
Fuente:
ABC de España
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