domingo, 6 de abril de 2014

SOBRE EXORCISMO EN CHILE


MONSEÑOR ALEJANDRO GOIC NOMBRA AL PRIMER EXORCISTA FORMAL EN CHILE
El sacerdote Luis Escobar tiene 8 años de experiencia en estos procedimientos. Asegura que la actividad demoníaca se ha incrementado en el país porque la sociedad se ha descristianizado.

SANTIAGO.- En diciembre de 2013 y mediante el decreto 66, monseñor Alejandro Goic, obispo de la diócesis de Rancagua y Vicepresidente del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, nombró al primer exorcista formal en Chile.La información fue difundida esta semana por la revista diocesana Rumbos, donde se señala que el sacerdote Luis Escobar Torrealba fue designado como "exorcista de la diócesis de la Santa Cruz de Rancagua".


En tanto, la revista Portaluz le realizó una entrevista al sacerdote, en la que relata su experiencia en estos procedimientos, durante los últimos 8 años.


Escobar es párroco en la Parroquia Santísima Trinidad de su diócesis en Rancagua, gestor de proyectos educativos, capellán de cárceles y columnista habitual de Portaluz.


El sacerdote asegura que este nombramiento "da cuenta de una situación que está afectando a muchas personas en el país. Me refiero a quienes hoy padecen junto a sus familias la acción extraordinaria del demonio en sus vidas y que en ausencia de sacerdotes formados y disponibles para este ministerio buscan solución a manos de inescrupulosos –chamanes, magos, tarotistas, adivinos, brujos y semejantes- que no sólo les expolian su dinero, sino que potencian el mal espiritual que les afecta".


Escobar asegura además que la actividad demoníaca se ha incrementado en Chile "demasiado, más allá de lo que cualquiera de nosotros pudo haber esperado". "Sucede que cuando la gente se aleja de la fe o en este caso cuando una sociedad se descristianiza no sólo aumenta la superstición como ha ocurrido en Chile, sino que se crean las condiciones para el mal", dijo.


Añadió que junto con la acción extraordinaria del demonio, como posesión, vejación, opresión o infestación, su presencia queda en evidencia en otros ámbitos de la vida, como "una sociedad que rechaza los valores cristianos como la vida, el matrimonio, la familia, los hijos; una educación cada vez más laica, relativista, donde se promueve una moral particular que alienta al hacer cada uno lo que quiere; el aumento del consumo de drogas; el aumento de la violencia en familias y las desigualdades tremendas que genera un modelo económico que no mira el bien común".

Colaboración de Ernesto PLaza


No hay comentarios:

Publicar un comentario