HAN PASADO MAS DE 60 AÑOS DEL VIAJE DEL COMDTE. PARRAGUÉ
La
historia del primer vuelo (no comercial) a Isla de Pascua se remonta a enero de
1951, el avión Canadian Vickers OA-10A Catalina matrícula FACh 405, al mando
del entonces Capitán Roberto Parragué Singer, unió al continente sudamericano
con la remota isla de Rapa Nui en el Océano Pacífico.
El
vuelo se inició en La Serena y tuvo una duración de más de 19 horas para
aterrizar en la pista de Mataveri (actual aeropuerto). El vuelo de retorno no
se pudo concretar debido a un incidente del hidroavión al impactar una de sus
alas con el mar. Sólo pasaron un par de meses para que un piloto australiano en
otro avión Catalina hiciera la ruta de regreso al continente. El FACh 405 debió
materializar su regreso en barco hasta Quintero.
El
mismo piloto Parragué en 1963 aterrizaría nuevamente en Isla de Pascua para el
inicio de la consolidación de los vuelos de LAN Chile a Isla de Pascua.
El histórico avión restaurado en el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio
Varias
vicisitudes impidieron que la travesía de retorno del FACh 405 pudiera
efectuarse: el avión se dio de baja, se lo reparó pero no se permitió realizar
el vuelo, y ya en 1952 volvió en barco a Quintero, donde se lo revisó y
reincorporó al servicio institucional. En enero de 1957 cambió su matrícula a
FACh 560 y en una choreza (*) del Comandante Roberto Parragué S., se realizó el
exitoso vuelo de ida y retorno a Isla de Pascua en enero de 1959, pero con un
pequeño detalle: se hizo sin permiso del alto mando institucional. Como
resultado, Parragué debió dejar la FACh, pero continuó estando ligado a los
hidroaviones Catalina y a su querida isla. Ya con su propio avión, un PBY-6A
Catalina que bautizó como Manutara II, hizo tres vuelos más a la Isla de Pascua
(1961, 1963 y 1965, en este último llegando a Tahiti) y posteriormente sumó
nuevos aviones para afectarlos primero a transporte, y luego a la lucha contra
incendios forestales. Es tras el vuelo de ida y vuelta a Tahiti, que el
Congreso Nacional determinó otorgarle el grado de General de Aviación en
reconocimiento a los méritos de sus viajes aéreos.
(*) Choreza: (Modismo chileno) Actitud Envalentonada, saliendose de las reglas
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