lunes, 8 de octubre de 2012

ENTRE UNA ISLA MISTERIOSA Y SUBMARINOS SIN IDENTIFICAR

VARIOS POLITICOS CHILENOS RECIBIERON DINERO DEL NAZISMO 

El profesor Víctor Farías autor hace algunos años del libro denominado “Los Nazis en Chile”, causó en su momento una fuerte controversia en las altas esferas políticas chilenas.

Siguiendo la línea de profundizar en sus teorías e hipótesis sobre la conexión casi mítica de este país con personal alemán de cariz nacionalsocialista, en otro de sus libros expone las nuevas pistas sobre una supuesta compra de una isla-búnker en el sur de chile para el líder nazi con apoyo de miembros del gobierno de Allende.

Más controversia generó Farías en 2005 con la publicación del libro "Salvador Allende: Antisemitismo y Eutanasia" en el cual estudia la tesis de grado de Allende al que acusa de expresar ideas anti-semitas y ser partidarios del Partido Nazi Alemán en sus ideas de esterilización de los discapacitados. Publicado en Chile, España, Francia y Brasil, desató polémica entre los seguidores de Allende que rechazaron las teorías de Farías, incluso la familia del ex mandatario socialista chileno realizó acciones legales contra este profesor.

La idea del autor quien asegura que a partir del año 1939 los nazis pagaron a prestigiosos políticos nacionales por una isla en el sur austral chileno para construir allí una base secreta de submarinos, no sólo es originaria de este autor.

Osvaldo Muray, periodista pionero en la investigación de este tipo de temáticas en Chile, recientemente fallecido, trabajaba hace varios años esta hipótesis y había adquirido documentación privilegiada para editarla en un libro que pensaba publicar a principios del año en curso, pero que fue interrumpido y permanece inédito por el deceso de su autor. En uno de sus artículos publicados antes de su fallecimiento, en Revista Ercilla en el número 3.301 del 28 de agosto de año 2006 expresaba:

Cada vez existen más evidencias de que el ex líder alemán habría estado en algún lugar del sur de Chile, tal vez en compañía de Eva Braun.


En 1948, un padre y su hijo llegaron a trabajar en un aserradero ubicado en un entonces remoto y aislado lugar de la provincia de Aysén, de propiedad de alemanes. Permanecieron allí todo el 48 y el 49, año en que regresaron a su ciudad. En el curso de ese tiempo advirtieron la presencia de un grupo numeroso de alemanes que procuraban mantenerse alejados de los chilenos y que, obviamente, no pertenecían al de sus compatriotas, dueños del aserradero.


Fue tal la incomunicación entre los desconocidos alemanes y los trabajadores chilenos que nunca conocieron el nombre de ninguno de ellos, porque los extranjeros mantuvieron su férrea separación de ellos.


Esta nueva faceta que se acumula al ya voluminoso archivo de los prófugos de la Alemania nazi en el sur austral de nuestro país la aportó un lector de Ercilla desde Ámsterdam, la capital holandesa, donde reside.


Esta información, que podría ser apenas un detalle, tiene la virtud de desmentir las afirmaciones contenidas en un extenso reportaje publicado hace varios años, en que se afirma, por parte de uno de los alemanes fundadores de ese enclave en Aysén, que se trató de una inmigración absolutamente inocente de los miembros de dos familias que en 1933 viajaron a Chile en busca de la tranquilidad y prosperidad que no encontraban en Alemania, sumida en tiempos caóticos.


Nadie pone en duda las intenciones iniciales de esos inmigrantes, ya que en 1933 recién asumía el nuevo canciller, Adolf Hitler.

Osvaldo Muray, aseveraba que sus investigaciones le señalaban que la primera incursión de submarinos nazis en aguas chilenas data de 1939 afirmación que pensó dejar sólidamente documentada en su libro inédito. Muray en la recopilación de información para investigar esta hipótesis de una misteriosa comunidad instalada en el sur de Chile, y la de una isla adquirida en los confines de Chiloé financiada en forma no oficial por las autoridades chilenas de aquella época, trabajó y comparó sus archivos con los del investigador chileno-español Raúl Núñez, quien por su lado y en forma independiente trabajaba también la hipótesis de la existencia de una misteriosa isla al Sur de Chile y que se denomina en forma genérica hoy en día “Friendship” por la mayoría de las personas. Según fuentes muy cercanas al IIEE de Chile, ambos trabajos concordaban en varios puntos esenciales, pero todo queda detenido al desaparecer el periodista Muray, por lo menos, una de las partes de las investigaciones realizadas a la fecha.

Sin embargo, consultamos directamente al investigador Raúl Núñez, quien nos expresó que uno de los puntos más discrepantes que tenía con Muray era la posibilidad que Adolf Hitler se hubiera trasladado a un escondite secreto en el sur de Chile, pues por todos es conocido las diversas hipótesis que han circulado sobre este tema en los últimos años. Todas tienen ciertos asideros muy creíbles a seguir, pero siempre se termina en un callejón sin salida, pues no existen evidencias concretas sobre su estadía, a lo menos en nuestro país… aunque nos añadió que el trabajo de Osvaldo Muray era muy interesante y digno de tomarse en cuenta, pues ciertas situaciones, lugares y personas que aún existen podrían cambiar el curso de la historia como la mayoría la conocemos, pues la conexión Chile-Alemania de esos años nunca se ha escrito con transparencia y la objetividad debida.

Pedro Rivas Roth

Nota
Los periódicos chilenos, argentinos, uruguayos, brasileros siempre en sus páginas han publicado la existencia de misteriosos submarinos en las costas soberanas de estos países. La muestra es este recorte de “Las Noticias de la Ultima Hora” de los años 1950 donde registraba la aparición de un misterioso submarino en las costas californianas en los Estados Unidos.

























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