El Titan experimentó una
implosión catastrófica que desintegró el sumergible en una fracción de segundo.
La Guardia Costera de
Estados Unidos confirmó el hallazgo de restos pertenecientes al Titan, el
submarino que buscaba explorar el naufragio del Titanic. John Mauger,
contralmirante y primer comandante de distrito de la Guardia Costera, declaró
que el sumergible de OceanGate experimentó una implosión catastrófica. El
vehículo sucumbió a la intensa presión del fondo del mar, causando la muerte de
sus cinco tripulantes.
La implosión era una de las
principales teorías que plantearon los investigadores durante la fase de
búsqueda. Pese a qué expertos aseguraban que la nave era capaz de alcanzar los
4.000 metros, el Titan nunca contó con una certificación de seguridad. A esa
profundidad, la presión es tan fuerte que podría compactar el vehículo como si
fuera una lata de soda.
Para comprender lo que
ocurrió con el submarino del Titanic es necesario analizar el concepto de
implosión. A diferencia de una explosión, la implosión ocurre cuando la presión
exterior es mayor que la presión interior. Esto genera un proceso en el que el
objeto colapsa sobre sí mismo al ser aplastado por una fuerza externa.
En el caso del Titan, la
presión atmosférica registrada a una profundidad de 4.000 metros sería
equivalente a 400 atmósferas, o 400 veces más fuerte que la que experimenta un
ser humano al nivel del mar. Una fisura en el casco del submarino habría sido
suficiente para que la fuerza provocara una violenta implosión, desintegrando
la cámara de presión donde se encontraban los cinco tripulantes.
En una implosión
catastrófica, como la que se registró en el submarino del Titan, los escombros
son de menor tamaño. Según las primeras averiguaciones de la Guardia Costera,
los restos encontrados incluyen el cobertor trasero, el tren de aterrizaje, la
parte frontal y otros componentes de la cámara de presión.
Cómo murieron los
tripulantes del Titan durante la implosión
Los detalles sobre los
últimos minutos del Titan son un misterio. Guillermo Söhnlein, cofundador de
OceanGate, declaró que la nave habría implosionado hace cuatro días. «Cuando se
opera en profundidad, la presión es tan grande en cualquier submarino que, si
falla, sería una implosión instantánea. Si eso sucedió, habría ocurrido hace
cuatro días», dijo en una entrevista con BBC.
Por su parte, Nicolai
Roterman, ecologista de aguas profundas y profesor de la Universidad de
Portsmouth, declaró que una implosión por brecha en el casco provocaría una
muerte instantánea. La fuerza del agua aplastó la nave, matando a sus
tripulantes en una fracción de segundo.
Dave Corley, un capitán retirado de la Marina de Estados Unidos, señaló que cuando el casco de un submarino colapsa, se mueve hacia adentro a una velocidad de 670 metros por segundo. «El radio del casco de un submarino nuclear moderno es de aproximadamente 6 metros, por lo que el tiempo requerido para el colapso completo es de casi 1 milisegundo», dijo.
Según Corley, el cerebro
humano responde instintivamente a un estímulo en aproximadamente 25
milisegundos. Los cinco tripulantes del Titan murieron antes de que su cerebro
lo pudiera registrar.
LA NACION- Argentina - por Luis Miranda
23
de junio de 2023
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