INFORMES SECRETOS REVELADOS POR WIKILEAKS MUESTRAN QUE EL
GRAN HERMANO GLOBAL YA ES UNA REALIDAD.
El 7 de marzo de 2017, el conocido portal de filtraciones
dirigido por Julian Assange publicaba un conjunto de 8.761 documentos robados a la CIA. La revelación, bautizada
como Año ero por WikiLeaks, es la primera de una serie de entregas similares
denominadas Vault-7 (Cripta-7). Toda la información relativa a esta filtración
se puede consultar en su dirección de Internet. Pero el carácter altamente
técnico de la documentación, hace difícil su comprensión para el profano. Por
eso hemos analizado la información y ofrecemos las claves para entender el
contenido de los expedientes.
Los documentos contienen códigos fuente y datos técnicos
sobre distintos proyectos y herramientas, las cuales muestran que la CIA lleva
a cabo un programa de espionaje a dispositivos de uso doméstico. WikiLeaks
considera Vault-7 como «la mayor filtración de datos de inteligencia de la
historia». Se trata de informes que han ido pasando de mano en mano entre
varios hackers al servicio del Gobierno de EE UU y contratistas de Defensa, lo
cual demuestra no solo que la agencia de espionaje había perdido el control de
la información, sino que cuenta con importantes fallos de seguridad.
UN EJÉRCITO DE 5.000 HACKERS
Los informes filtrados corresponden a los años 2013 a
2016, y esta vez no revelan sistemas de espionaje a gran escala, como los que
dio a conocer Edward Snowden sobre la NSA, sino herramientas para espiar a
personas concretas. En palabras de Alan Woodward, asesor de Europol y antiguo
colaborador de los servicios de inteligencia británicos, «la mayoría de lo
filtrado se refiere a espionaje selectivo y no a vigilancia masiva». En
definitiva, se trata de «armas electrónicas» que los hackers de la CIA emplean
para investigar a un individuo concreto. Primero se identifica al sujeto y luego
se trata de acceder a su teléfono y ordenador. Dependiendo de las marcas y
modelos de los dispositivos que emplee, se usarán unas herramientas u otras. La información
publicada muestra, sin ninguna duda, que la CIA posee una colección de
aplicaciones para hackear prácticamente cualquier cosa que esté conectada a
Internet.
Según revela WikiLeaks, la CIA cuenta con una división
llamada Centro para Ciber-Inteligencia (CCI por sus siglas en inglés), en la
cual trabajan unas 5.000 personas que se dedican a la creación de malware y
spyware, esto es, aplicaciones que abren
agujeros de seguridad en los dispositivos electrónicos, insertan códigos
maliciosos y espían. Los empleados del CCI están divididos por ramas o proyectos,
que abarcan cualquier aspecto informático concebible: Rama de Desarrollo
Remoto, Rama de Desarrollo Embebido, Soporte Operacional, Rama de Desarrollo
para Móviles, Rama de Implantación Automática, etc.
TU TELEVISIÓN TE
ESPÍA
La mayoría de estos hackers al servicio de EE UU están ubicados
en la sede de la CIA en Langley (Virginia), aunque la documentación revelada
por WikiLeaks muestra que en el consulado estadounidense de Frankfurt
(Alemania) existe una base de operaciones cibernéticas desde donde se realizan
operaciones en toda Europa, África y Oriente Medio. Como el personal de la CIA
tiene el acceso garantizado a Alemania empleando cobertura diplomática, los
hackers-espías pueden realizar operaciones en los 26 países de la zona Schengen
(área en la que se han abolido los controles fronterizos).También es importante
resaltar que en el árbol organizativo de la CIA existe una rama expresamente
para Europa (CCIE).
tienen un desarrollo informático para acceder a la serie
F (modelo de 2013) de los televisores Samsung SmartTV. Creado en colaboración
con el MI5 (servicio secreto británico), consiste en un virus que configura el
televisor en modo de «falso apagado», de tal forma que el usuario piense que su
televisión está apagada, pero en la realidad los hackers de la CIA y el MI5
pueden estar grabando las conversaciones a través del aparato y luego acceder a
ellas mediante Internet.
Uno de los proyectos más llamativos se denomina Weeping
Angel (Ángel Llorón), y consiste en un desarrollo informático para acceder a la
serie F (modelo de 2013) de los televisores Samsung SmartTV. Creado en
colaboración con el MI5 (servicio secreto británico), consiste en un virus que
configura el televisor en modo de «falso apagado», de tal forma que el usuario
piense que su televisión está apagada, pero en la realidad los hackers de la
CIA y el MI5 pueden estar grabando las conversaciones a través del aparato y
luego acceder a ellas mediante Internet. Este proyecto ejemplifica que los
servicios secretos están adaptándose perfectamente a un escenario tecnológico
como el actual, donde cada vez tenemos más asistentes por voz, como el famoso
Siri de Apple, Cortana en Windows, Alexa en Amazon o Google Now. Todos ellos se
basan en dar órdenes orales a un terminal que, por tanto, necesita estar
conectado a Internet y disponer de un micrófono para grabar audio.
Fuente: Año Cero
25 de Abril de 2017
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