LA MIRRA, EL MISTERIOSO REGALO
CON EL QUE BALTASAR PREDIJO LA MUERTE DE JESÚS
«La mirra simbolizaría así la sangre y el dolor del
hombre, convirtiéndose en bálsamo para el género humano», escribía Antonio
Regalado para ABC.es
«Y al entrar en la casa, vieron al
niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le
ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra».
Así
recoge la Biblia (Evangelio de Mateo 2, 11) la adoración de los Reyes Magos de Oriente al niño Jesús,
que había nacido en Belén en un pesebre. Cada uno de los presentes con los que
obsequiaron al Mesías tiene una simbología particular.
Melchor
llevó oro, reconociendo a Jesús como Rey de Reyes, pues este
material está asociado desde tiempos inmemoriales con el poder; Gaspar hizo lo
propio con el incienso, identificando a Jesús como Dios, ya que el incienso era
un aroma que se ofrecía a la divinidad. Baltasar, por su parte, lo hizo con la
mirra, quizás el regalo más misterioso y desconocido de los tres que recibió
Jesús en su pesebre. La mirra representaba a Dios como hombre, en tanto
que ese material se empleaba para embalsamar a los muertos, y los Reyes
Magos reconocían
así la vulnerabilidad de Jesús, que moriría para salvar al ser humano.
La
mirra en realidad tiene poco de misterio, aunque quizás sus muchas utilidades
propician la intriga que la rodea. Otras culturas la han utilizado a lo largo
de los siglos. Sobre todo en la antigüedad, en África, Turquía o Arabia,
lugares de donde es propio el Commiphora myrrha, el árbol que rezuma esta
resina que es en realidad la mirra. Amarga y aromática, resultaba por entonces
muy útil para elaborar perfumes, pero también ungüentos, de ahí que su
rendimiento fuese especialmente valorado para embalsamar cuerpos.
Pero
no era el único. De hecho, uno de sus usos es especialmente curioso, aunque
nada ligado con el motivo por el que Baltasar decidió regalárselo a Jesús. Y es
que una de las propiedades más curiosas de la mirra es sueficacia contra los ronquidos, pero este material
especialmente prolífico también tenía beneficios medicinales contra la disentería y las enfermedades parasitarias.
Según «Muy Historia», el presente de Baltasar
podría incluso profetizar momentos muy amargos en la vida del Mesías.
Sus muchas utilidades e historias las atribuidas a la mirra, y eso la ha
situado como el regalo más interesante y curioso.
Dioscórides incluso hace alusión a
las propiedas abortivas de la mirra en «De Materia Médica», por eso se
recomienda que las mujeres no la utilicen durante el embarazo.
Antonio
Regalado, en el artículo «Oro, incienso... y mirra», que escribió paraABC.es, ahonda
en las propiedades del presente de Baltasar. Regalado asegura que «para obtener
la mirra pura se realizan incisiones en la corteza de la planta y de estas
heridas fluye en forma de lágrima una sustancia rojiza, traslúcida y
brillante». Recurso inagotable, como las leyendas que existen en torno a sus
propiedades, se dice que «la mirra servía para hacer ofrendas en cultos,
sacrificios y embalsamamientos. La mirra simbolizaría así la sangre y el dolor del hombre convirtiéndose en bálsamo para el
género humano». Y por eso Baltasar decidió contribuir con este obsequio al
nacimiento del Mesías - ABC
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