Ramón Gustavo Castillo Gaete, alias ''Antares de la Luz".
TESTIGOS REVELAN ASESINATO, TORTURAS
Y ABUSOS DEL LÍDER DE LA SECTA DE COLLIGUAY
La Tercera accedió a las
declaraciones de los testigos e implicados. Ahí se relata el poder que Ramón
Castillo ejercía. La PDI indaga homicidio de bebé que fue quemado por orden de
Castillo, quien está prófugo.
por Andrés López y Sebastián Labrín
- 26/04/2013
Fue en 2008 cuando la diseñadora
gráfica Natalia Guerra Jequier (26) conoció a Ramón Castillo Gaete (35), un
profesor de artes musicales que se hacía llamar Antares. Ella junto a su pololo
de ese entonces, Pablo Undurraga Atria (30), participaron por primera vez en
uno de los seminarios de “autosanación y autoconocimiento” que dictaba
Castillo.
En los siguientes cuatro años desde
ese primer contacto, Castillo se transformó de un simple gurú a un “Dios
omnipotente” que controló su voluntad y las de otras nueve personas que
integraban la secta “Antares de la Luz”. La búsqueda espiritual se transformó
en una historia de torturas, abusos y sacrificios de animales que terminaron la
noche del 23 de noviembre del año pasado, con el asesinato de su hijo de tres
días de vida, quien murió calcinado en una hoguera colocada en las afueras de
una cabaña en el cerro Colliguay, en Quilpué, V Región.
Así lo establecen las declaraciones
policiales entregadas por Guerra y dos discípulos de la secta formada por
Castillo, María del Pilar Alvarez Fuenzalida (25) y David Pastén Rojas (30),
las que están en manos de la fiscalía. Gracias a la denuncia de la hermana de
Guerra y sus padres, se lograron encontrar los restos del cadáver del menor,
cuyo padre, según las declaraciones, era el líder de la secta producto de los
abusos de que habría sido objeto. La Brigada de Investigaciones Policiales
Especiales de la PDI (Bipe) detuvo a Guerra, Alvarez, Pastén y Karla Franchy,
quienes fueron formalizados ayer en Quilpué.
Vejámenes
Según los testimonios, se hacían
reuniones o “tomas” en que se ingería ayahuasca, una planta alucinógena. Ahí,
Castillo señalaba que era un ser superior. “Antares era Dios, dado que él mismo
nos dijo eso. Eramos sus discípulos , le debíamos obediencia y una actitud de
humildad, verdad que todos acatábamos”, señaló Guerra en su testimonio. Agrega
que “en una de esas ‘tomas’ Castillo me ordenó que debía ser su mujer, lo que
significaba que debía iniciar una relación amorosa, que esa orden era una
revelación de su ser, que era inevitable. Que él era Dios. Ante ello me negué,
se me hizo consumir ayahuasca durante tres noches. Antares me dijo que si no
cumplía con la orden de su ‘ser’ el día del juicio final me quemaría viva.
Accedí a su petición”. También convirtió a la fuerza en su pareja a María del
Pilar Fuenzalida, a la que también le dijo se iría al infierno.
Ritos
En 2009, Guerra se fue a vivir con
Undurraga y Antares a un departamento en Las Condes. Después se trasladaron a
San José de Maipo en 2011, donde fundaron una productora audiovisual, con la
que realizaron cortometrajes y videos publicitarios.
En diciembre de 2012 se cambiaron a
una parcela en Mantagua, donde realizaban sus reuniones. Además, también
ocupaban la casa, facilitada por el dueño, ubicada en el Fundo Los Culenes en
el cerro Colliguay. A esa fecha el grupo estaba compuesto por Castillo, Guerra,
Undurraga, Pastén, María del Pilar Alvarez, Karla Franchy, Carolina Vargas y
Josefina López. En su mayoría vivían en el sector Oriente y eran profesionales.
Para integrar el grupo, “Antares” pedía fotos de los postulantes y los
seminarios se acordaban por medio de redes sociales.
El poder de Castillo sobre ellos lo
graficó María del Pilar Alvarez en su testimonio: “Una vez dijo frente a todos
de manera solemne y con la voz cambiada: ‘Yo soy Dios, el increado, el
sempiterno y omnipotente, soy el amor y todo lo que existe ha sido creado por
mí y soy el vehículo físico de Dios. Pueden hacer dos cosas: seguir con sus
vidas y olvidarse que existo o pagar el karma que tienen sus seres internos y
ayudarme”.
Incluso, mató a una gata llamada
“Bruja” y a cinco cachorros de una perra que tenía el grupo llamada Osiris. Uno
de ellos era blanco y dijo que era la representación de un Dios. Los quemaron
en la playa. Además, golpearon a todo el grupo con varas de madera como forma
de castigo. Fueron 45 golpes y sólo se les permitía agradecer a su “maestro
Antares”. Si lloraban, el castigo aumentaba en tres golpes.
El 19 de marzo de 2012, Guerra se
dio cuenta de que estaba embarazada y Castillo le ordenó que no abortara.
“Organizó una toma junto a Pablo, donde Antares recibió la orden de matar al
hijo que esperaba Natalia, quien era Lucifer, y así terminaría con el mal que
tenía en su interior (...) al bebé entonces lo llamó ‘Adefesio’”, indica David
Pastén en su declaración al relatar toda la paranoia y miedo que había generado
en ellos Castillo, al señalarles que el mundo se acabaría el 21 de diciembre.
Guerra dijo que para disimular su
embarazo, “Antares” ideó un sistema para ocultarla de su familia simulando que
viajaba por Latinoamérica y ordenó que arrendaran una casa en Los Andes, donde
la alimentaban cada dos días y era vigilada. El 21 de noviembre de 2012 fue
internada en la Clínica de Reñaca, donde tuvo su hijo, pero no fue inscrito y
Guerra fue rapada. Dos días más tarde, se concretó la idea de Castillo: acabar
con la vida del bebé que consideraba el anticristo.
Guerra relató que la noche del 23 de
noviembre la trasladaron con su hijo a una casa de adobe. Ahí había una hoguera
donde quemaron al lactante a modo de sacrificio. “Todos sabían que mi hijo tenía
que ser asesinado por Castillo y que debía ser así. El era Dios”, declaró.
Después acamparon hasta el 21 de diciembre tomando varias dosis de ayahuasca.
Ese día no pasó nada y el grupo se separó. El 19 de febrero, Antares huyó a
Perú, por lo que Interpol solicitó su búsqueda internacional. (La Tercera)
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