Una historia de armas, mesadas y Caribe
Tal es el misterio que rodea los fondos que se habla de un patrimonio del líder del enclave alemán que va de los US$ 3 millones... a sobre los US$ 10 millones: el rol del tráfico de armas. Fondos comienzan a salir al exterior con la llegada de la democracia: las asesorías del "Mamo" Contreras. Búsqueda de un pasaporte lo llevó a comprar departamento en Islas Saint Kitts.
"¿Me trajiste chocolates?". La pregunta a Georg Packmor encendía la mirada del ojo izquierdo, el bueno, de Paul Schäfer.
Era 1984 y la ansiosa expresión no tenía nada que ver con golosinas, sino que era la clave para referirse al fajo de billetes que el hombre de confianza del máximo líder de Colonia Dignidad -quien, eso sí, se fugó un año después y en Canadá revelaría oscuros antecedentes de esta organización- le pasaba cada fin de semana, fruto de la producción de la planta chancadora de Bulnes.
Paul Schäfer tiene 88 años, y enfrenta 4 condenas judiciales (la mayor es de 20 años por abusos contra menores) y cargos por secuestro y asociación ilícita, que lo tienen desde 2005 -cuando fue detenido en Argentina- preso en el hospital penitenciario. Ahora que se ha dicho en varias oportunidades que está "al borde de la muerte", indagamos en uno de los secretos mejor guardados del ex jerarca del enclave alemán: su fortuna.
La justicia no ha podido profundizar en el tema, y las cifras que se dan van desde los US$ 3 millones, hasta sobre los US$ 10 millones... Por eso indagamos en episodios clave de los millones que manejó la Colonia, para acercarnos a la cifra misteriosa que -de existir- podría heredar su hija adoptiva: Rebeca.
La génesis de la riqueza
La historia parte el 21 de septiembre de 1961, cuando Paul Schäfer logra la personalidad jurídica de la "Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad": un reducto de colonos alemanes, cuyas actividades de beneficencia en Parral le proporcionaron -además de la exención de impuestos- una pantalla para desarrollar oscuros negocios, sobre todo durante el Régimen Militar.
La producción de la planta Chancadora (Bulnes); de las 14 mil hectáreas en Parral y las ventas en el Casino de Bulnes son parte de los ingresos de Dignidad. Cálculos de los propios colonos estiman en al menos US$ 30 millones los ingresos por estos conceptos desde su fundación hasta hoy.
¿Y egresos?
Antes de 1996 "nadie jamás habló de sueldos. Todos estábamos en una sola cosa y el compromiso era que cada uno daba su mejor parte y al que necesitaba algo, se le financiaba y punto: fuera atención de salud, vestimenta o educación. Lo que fuera", recuerda uno.
Sólo ese año, para adecuarse a la legislación laboral chilena, se incorporó a la contabilidad el ítem "remuneraciones"... pero en la práctica, "de común acuerdo estos sueldos fueron a un fondo del cual se abastecía la caja común que corría con los gastos generales, salud, etc", se nos explicó. El fondo juntó, según informó el mismo Schäfer hacia 1997, US$ 10 mil por colono (casi US$ 3 millones en total).
Además, la dirección de la Colonia manejaba las pensiones que varios ancianos recibían desde Alemania.
Pero fuentes que conocieron la mecánica del enclave alemán advierten que lo que más dinero habría generado habría sido el tráfico de armas que investiga la justicia en Chile, que tuvo su mayor apogeo antes de los 90 cuando enviaban y recibían bultos desde Europa sin ningún control.
Todos estos capitales estaban a cargo de Albert Schreiber, el número dos de la Colonia, quien inicialmente los invirtió en Fondos Mutuos.
Los consejos del "Mamo"
Hacia fines del Régimen Militar, los colonos comenzaron a distribuir los bienes de Dignidad en diversas sociedades: Abratec, Agripalma, Cinoglosa y Cerro Florido, las principales.
Pero ya llegada la democracia -y con un gobierno contrario al enclave-, comenzaron a sacar el dinero fuera del país: se abrió una cuenta en el Chemical Bank. Varios de los colonos sostienen que esa decisión fue recomendada por el ex jefe de la DINA, general (r) Manuel "Mamo" Contreras.
Surgirán así fondos en Estados Unidos, Uruguay y Canadá. Son pocas las huellas de estas transacciones. De hecho, a Schäfer le gustaba manejar sólo efectivo. Sí se detectó que desde Canadá ingresaron US$ 1 millón para comprar en 2001 un campo en Los Angeles.
Pasaporte comunitario
Una de las inversiones en el exterior que está acreditada por diversas fuentes es un departamento en una isla caribeña, adquirido a mediados de los 90, cuando era cada vez mayor la desconfianza hacia la Colonia. Un clima nada cómodo quizás para Schäfer, quien ni siquiera contaba con un pasaporte, pues en 1985 Alemania no se lo renovó: tenía una investigación de abusos sexuales contra menores en su contra en esa nación europea.
"Entonces se buscó una vía alternativa legal para obtener un pasaporte, usando su nombre real", ha explicado el doctor Hartmut Hopp, quien fue considerado por años el delfín de Schäfer. Eligieron las islas Saint Kitts, paraíso caribeño ubicado en las Antillas.
Como su territorio de apenas 260 km cuadrados es parte de la Comunidad Británica de Naciones, resultaba tentadora la posibilidad de obtener la ciudadanía de esa comunidad, considerando que sólo bastaba adquirir una propiedad.
En 1995, Hopp viajó a Saint Kitts para este "encargo personal" de Schäfer: conseguir un pasaporte.
Adquirió un departamento de US$250 mil en un complejo turístico. Hoy habría intenciones de venderlo, aunque quedó con daños cuando las islas fueron azotadas por una serie de huracanes.
La mesada de $10 millones
En 1996 se pierde públicamente el rastro de Schäfer: cuando la policía allanaba el recinto, el líder se escondía en un búnker ubicado en la Colonia. Algunos antecedentes indican que emigró en julio de 1997, una semana después que huyera el joven Tobías Müller junto al chileno Zalo Luna.
Con el jerarca fuera de la villa, el mando pasó a "los caballeros" (Die Herren, muchos de ellos fundadores de agrupación): Hans Jurgen Blanck; Gerhard Seewald, Alfred Mathussen, Gerhard Mucke y Kurt Schnellenkamp.
Una de las primeras decisiones fue nombrar a tres personas para manejar las platas de la colonia: Klaus Schmidtke, Heltmut Seelbach y Gesa Kunde.
Pero, en la práctica, quien seguía manejando los dineros y las empresas era Erika Amanda Heimann Bahnk, esposa de Blanck, uno de los "caballeros".
De bajo perfil, "tía Erika" fue una de las pocas mujeres cercanas a Schäfer y la encargaba de emitir y firmar todos los cheques de Dignidad.
Y más aún, fue la responsable de financiar a Schäfer en el extranjero: $10 millones al mes, entre su salida del país y por los siguientes cuatro años (hasta fines del 2001 o inicios del 2002), lo que totaliza egresos cercanos al millón de dólares.
Erika Heitmann relató en una declaración judicial de 2008 el mecanismo: le pasaba el dinero a su marido y éste a otro hombre de confianza de Schäfer -Hans Jürgen Riesland Bollman, el "Hamster"-, que permitió al jerarca seguir recibiendo periódicamente su mesada desde Chile.
Blanck murió en agosto de 2004 y la "tía Erika" nunca ha sido procesada.
Lo que queda
Según el doctor Hopp no existe la supuesta fortuna de Schäfer y que si bien reunieron dinero, gran parte era para financiar el hospital de la villa: implicaba un desembolso anual de US$500 mil a US$ 700 mil. Eso es lo que le dijo al ministro Sergio Muñoz cuando lo interrogó sobre la materia.
Bajo esa premisa, cuando dejó de funcionar el hospital en 1997 habrían recaudado a lo más US$ 4,5 millones en total, parte de lo cual se mandó a Schäfer en Argentina: adquirió con ello la finca "La Solita" (de 40 hectáreas) y una casa en Tortuguitas, ambas cerca de Buenos Aires.
Fueron compradas por "Agrícola Pavel", creada por los custodios de Schäfer para asegurar los bienes, y están embargadas por la justicia trasandina desde 2005 y hasta 2010... salvo que el gobierno chileno resuelva otra cosa, según explicaron en el juzgado argentino.
Hoy la Colonia mantiene en Chile una casa en Campos de Deportes (Santiago); el casino de Bulnes; la planta chancadora (cuya producción bajó) y las 14 mil hectáreas del fundo en Parral (con avalúo fiscal de $2 mil 98 millones).
El acuerdo con el CDE: hipoteca
Uno de los principales inconvenientes que dicen tener los colonos para reactivar sus empresas es el embargo sobre el fundo en Parral, que data de 1996, y que les impide usar las tierras como respaldo para créditos bancarios.
Luego de 13 años, el Consejo de Defensa del Estado accedió levantar el embargo a cambio de hipotecar cuatro hijuelas (avaluadas en $1.000 millones cada una), como garantía de posibles indemnizaciones judiciales.
Esos paños corresponden a terrenos ubicados en el faldeo del cerro La Tabla (al interior de la Villa), en el sector de Chenco y son propiedades aptas para siembra y, otra parte, para explotación de bosque dado que involucra algunas lomas.
El nuevo poder interno y las ofertas por ser socio
Como sociedad anónima, hay algunas personas que están vendiendo paquetes accionarios de Colonia Dignidad: hay un incógnito interesado que paga 50 veces más de lo que ofrecen otros.
El fin de los embargos de las propiedades está generando varios movimientos al interior de la Villa Baviera. Menos cohesionados que bajo el dominio de Paul Schäfer, c iertos grupos buscan mantener la pureza de sus raíces germanas y pretenden sacar a aquellos que, por adopción, formaron parte del grupo de colonos.
Así, poco a poco han ido alejando especialmente a aquellos chilenos que en las épocas más difíciles actuaron como voceros: Hernán Escobar, otrora presidente de la llamada Juventud Permanente; Ricardo Alvear y Víctor Briones.
Parte de esa estrategia es ir comprando las acciones que estos detentan para ir concentrando el poder de mando al interior de las empresas. Así, con el anuncio de acuerdo con el CDE, comenzó el tira y afloja, y la postura de ofertas en la pizarra de la Villa (que opera como una pequeña bolsa de comercio).
Misterioso interesado en acciones de la sociedad
Como son sociedades anónimas, quienes quieren vender están obligados primero a ofrecer a los otros accionistas, antes de buscar un tercero... que ya apareció.
Pero la piedra de tope la representa el precio de las acciones: mientras descendientes de los jerarcas ofrecen, por ejemplo, $ 800 mil por un lote de 300 acciones, un interesado externo propone $42 millones (hasta ahora nadie sabe quién es el oferente, porque actúa a través de una oficina de abogados).
En todo caso se cuidan que esta "purificación" no los homologue a un neo-nazismo.
De hecho, para evitar problemas prohibieron el acercamiento a la Villa Baviera a Cristian Joseph Orhanovic, marido desde febrero de 2008 de Renate Schnellenkamp. La renuencia a verse involucrado con Orhanovic se debe a que éste fue deportado de Estados Unidos a fines de 2002 luego que el FBI determinara que estuvo involucrado en organizaciones del llamado "poder blanco" como el Ku Klux Klan.
Por Viviana Candia V.
Era 1984 y la ansiosa expresión no tenía nada que ver con golosinas, sino que era la clave para referirse al fajo de billetes que el hombre de confianza del máximo líder de Colonia Dignidad -quien, eso sí, se fugó un año después y en Canadá revelaría oscuros antecedentes de esta organización- le pasaba cada fin de semana, fruto de la producción de la planta chancadora de Bulnes.
Paul Schäfer tiene 88 años, y enfrenta 4 condenas judiciales (la mayor es de 20 años por abusos contra menores) y cargos por secuestro y asociación ilícita, que lo tienen desde 2005 -cuando fue detenido en Argentina- preso en el hospital penitenciario. Ahora que se ha dicho en varias oportunidades que está "al borde de la muerte", indagamos en uno de los secretos mejor guardados del ex jerarca del enclave alemán: su fortuna.
La justicia no ha podido profundizar en el tema, y las cifras que se dan van desde los US$ 3 millones, hasta sobre los US$ 10 millones... Por eso indagamos en episodios clave de los millones que manejó la Colonia, para acercarnos a la cifra misteriosa que -de existir- podría heredar su hija adoptiva: Rebeca.
La génesis de la riqueza
La historia parte el 21 de septiembre de 1961, cuando Paul Schäfer logra la personalidad jurídica de la "Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad": un reducto de colonos alemanes, cuyas actividades de beneficencia en Parral le proporcionaron -además de la exención de impuestos- una pantalla para desarrollar oscuros negocios, sobre todo durante el Régimen Militar.
La producción de la planta Chancadora (Bulnes); de las 14 mil hectáreas en Parral y las ventas en el Casino de Bulnes son parte de los ingresos de Dignidad. Cálculos de los propios colonos estiman en al menos US$ 30 millones los ingresos por estos conceptos desde su fundación hasta hoy.
¿Y egresos?
Antes de 1996 "nadie jamás habló de sueldos. Todos estábamos en una sola cosa y el compromiso era que cada uno daba su mejor parte y al que necesitaba algo, se le financiaba y punto: fuera atención de salud, vestimenta o educación. Lo que fuera", recuerda uno.
Sólo ese año, para adecuarse a la legislación laboral chilena, se incorporó a la contabilidad el ítem "remuneraciones"... pero en la práctica, "de común acuerdo estos sueldos fueron a un fondo del cual se abastecía la caja común que corría con los gastos generales, salud, etc", se nos explicó. El fondo juntó, según informó el mismo Schäfer hacia 1997, US$ 10 mil por colono (casi US$ 3 millones en total).
Además, la dirección de la Colonia manejaba las pensiones que varios ancianos recibían desde Alemania.
Pero fuentes que conocieron la mecánica del enclave alemán advierten que lo que más dinero habría generado habría sido el tráfico de armas que investiga la justicia en Chile, que tuvo su mayor apogeo antes de los 90 cuando enviaban y recibían bultos desde Europa sin ningún control.
Todos estos capitales estaban a cargo de Albert Schreiber, el número dos de la Colonia, quien inicialmente los invirtió en Fondos Mutuos.
Los consejos del "Mamo"
Hacia fines del Régimen Militar, los colonos comenzaron a distribuir los bienes de Dignidad en diversas sociedades: Abratec, Agripalma, Cinoglosa y Cerro Florido, las principales.
Pero ya llegada la democracia -y con un gobierno contrario al enclave-, comenzaron a sacar el dinero fuera del país: se abrió una cuenta en el Chemical Bank. Varios de los colonos sostienen que esa decisión fue recomendada por el ex jefe de la DINA, general (r) Manuel "Mamo" Contreras.
Surgirán así fondos en Estados Unidos, Uruguay y Canadá. Son pocas las huellas de estas transacciones. De hecho, a Schäfer le gustaba manejar sólo efectivo. Sí se detectó que desde Canadá ingresaron US$ 1 millón para comprar en 2001 un campo en Los Angeles.
Pasaporte comunitario
Una de las inversiones en el exterior que está acreditada por diversas fuentes es un departamento en una isla caribeña, adquirido a mediados de los 90, cuando era cada vez mayor la desconfianza hacia la Colonia. Un clima nada cómodo quizás para Schäfer, quien ni siquiera contaba con un pasaporte, pues en 1985 Alemania no se lo renovó: tenía una investigación de abusos sexuales contra menores en su contra en esa nación europea.
"Entonces se buscó una vía alternativa legal para obtener un pasaporte, usando su nombre real", ha explicado el doctor Hartmut Hopp, quien fue considerado por años el delfín de Schäfer. Eligieron las islas Saint Kitts, paraíso caribeño ubicado en las Antillas.
Como su territorio de apenas 260 km cuadrados es parte de la Comunidad Británica de Naciones, resultaba tentadora la posibilidad de obtener la ciudadanía de esa comunidad, considerando que sólo bastaba adquirir una propiedad.
En 1995, Hopp viajó a Saint Kitts para este "encargo personal" de Schäfer: conseguir un pasaporte.
Adquirió un departamento de US$250 mil en un complejo turístico. Hoy habría intenciones de venderlo, aunque quedó con daños cuando las islas fueron azotadas por una serie de huracanes.
La mesada de $10 millones
En 1996 se pierde públicamente el rastro de Schäfer: cuando la policía allanaba el recinto, el líder se escondía en un búnker ubicado en la Colonia. Algunos antecedentes indican que emigró en julio de 1997, una semana después que huyera el joven Tobías Müller junto al chileno Zalo Luna.
Con el jerarca fuera de la villa, el mando pasó a "los caballeros" (Die Herren, muchos de ellos fundadores de agrupación): Hans Jurgen Blanck; Gerhard Seewald, Alfred Mathussen, Gerhard Mucke y Kurt Schnellenkamp.
Una de las primeras decisiones fue nombrar a tres personas para manejar las platas de la colonia: Klaus Schmidtke, Heltmut Seelbach y Gesa Kunde.
Pero, en la práctica, quien seguía manejando los dineros y las empresas era Erika Amanda Heimann Bahnk, esposa de Blanck, uno de los "caballeros".
De bajo perfil, "tía Erika" fue una de las pocas mujeres cercanas a Schäfer y la encargaba de emitir y firmar todos los cheques de Dignidad.
Y más aún, fue la responsable de financiar a Schäfer en el extranjero: $10 millones al mes, entre su salida del país y por los siguientes cuatro años (hasta fines del 2001 o inicios del 2002), lo que totaliza egresos cercanos al millón de dólares.
Erika Heitmann relató en una declaración judicial de 2008 el mecanismo: le pasaba el dinero a su marido y éste a otro hombre de confianza de Schäfer -Hans Jürgen Riesland Bollman, el "Hamster"-, que permitió al jerarca seguir recibiendo periódicamente su mesada desde Chile.
Blanck murió en agosto de 2004 y la "tía Erika" nunca ha sido procesada.
Lo que queda
Según el doctor Hopp no existe la supuesta fortuna de Schäfer y que si bien reunieron dinero, gran parte era para financiar el hospital de la villa: implicaba un desembolso anual de US$500 mil a US$ 700 mil. Eso es lo que le dijo al ministro Sergio Muñoz cuando lo interrogó sobre la materia.
Bajo esa premisa, cuando dejó de funcionar el hospital en 1997 habrían recaudado a lo más US$ 4,5 millones en total, parte de lo cual se mandó a Schäfer en Argentina: adquirió con ello la finca "La Solita" (de 40 hectáreas) y una casa en Tortuguitas, ambas cerca de Buenos Aires.
Fueron compradas por "Agrícola Pavel", creada por los custodios de Schäfer para asegurar los bienes, y están embargadas por la justicia trasandina desde 2005 y hasta 2010... salvo que el gobierno chileno resuelva otra cosa, según explicaron en el juzgado argentino.
Hoy la Colonia mantiene en Chile una casa en Campos de Deportes (Santiago); el casino de Bulnes; la planta chancadora (cuya producción bajó) y las 14 mil hectáreas del fundo en Parral (con avalúo fiscal de $2 mil 98 millones).
El acuerdo con el CDE: hipoteca
Uno de los principales inconvenientes que dicen tener los colonos para reactivar sus empresas es el embargo sobre el fundo en Parral, que data de 1996, y que les impide usar las tierras como respaldo para créditos bancarios.
Luego de 13 años, el Consejo de Defensa del Estado accedió levantar el embargo a cambio de hipotecar cuatro hijuelas (avaluadas en $1.000 millones cada una), como garantía de posibles indemnizaciones judiciales.
Esos paños corresponden a terrenos ubicados en el faldeo del cerro La Tabla (al interior de la Villa), en el sector de Chenco y son propiedades aptas para siembra y, otra parte, para explotación de bosque dado que involucra algunas lomas.
El nuevo poder interno y las ofertas por ser socio
Como sociedad anónima, hay algunas personas que están vendiendo paquetes accionarios de Colonia Dignidad: hay un incógnito interesado que paga 50 veces más de lo que ofrecen otros.
El fin de los embargos de las propiedades está generando varios movimientos al interior de la Villa Baviera. Menos cohesionados que bajo el dominio de Paul Schäfer, c iertos grupos buscan mantener la pureza de sus raíces germanas y pretenden sacar a aquellos que, por adopción, formaron parte del grupo de colonos.
Así, poco a poco han ido alejando especialmente a aquellos chilenos que en las épocas más difíciles actuaron como voceros: Hernán Escobar, otrora presidente de la llamada Juventud Permanente; Ricardo Alvear y Víctor Briones.
Parte de esa estrategia es ir comprando las acciones que estos detentan para ir concentrando el poder de mando al interior de las empresas. Así, con el anuncio de acuerdo con el CDE, comenzó el tira y afloja, y la postura de ofertas en la pizarra de la Villa (que opera como una pequeña bolsa de comercio).
Misterioso interesado en acciones de la sociedad
Como son sociedades anónimas, quienes quieren vender están obligados primero a ofrecer a los otros accionistas, antes de buscar un tercero... que ya apareció.
Pero la piedra de tope la representa el precio de las acciones: mientras descendientes de los jerarcas ofrecen, por ejemplo, $ 800 mil por un lote de 300 acciones, un interesado externo propone $42 millones (hasta ahora nadie sabe quién es el oferente, porque actúa a través de una oficina de abogados).
En todo caso se cuidan que esta "purificación" no los homologue a un neo-nazismo.
De hecho, para evitar problemas prohibieron el acercamiento a la Villa Baviera a Cristian Joseph Orhanovic, marido desde febrero de 2008 de Renate Schnellenkamp. La renuencia a verse involucrado con Orhanovic se debe a que éste fue deportado de Estados Unidos a fines de 2002 luego que el FBI determinara que estuvo involucrado en organizaciones del llamado "poder blanco" como el Ku Klux Klan.
Por Viviana Candia V.
La Segunda (29.08.2009)
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