SOBRE EL CASO KENNEDY
ROBERT
CREÍA EN LA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN
El
22 de noviembre se acerca, y con él, el 55 aniversario de uno de los grandes
misterios del siglo XX: el magnicidio de John Fitzgerald Kennedy en Dallas
El
22 de noviembre se acerca y, con él, el 55 aniversario de uno de los grandes
misterios del siglo XX: el magnicidio de John Fitzgerald Kennedy en Dallas.
Buen momento para que salgan a la luz nuevos documentos desclasificados sobre
la Comisión Warren, constituida para investigar el asesinato, y que añaden una
nueva vuelta de tuerca a un terreno fértil para otras teorías en las que el
propio hermano del presidente asesinado, Robert Fitzgerald Kennedy, creía.
En
esta ocasión, se trata de una declaración jurada que la comisión redactó para
el hermano pequeño de los Kennedy y que este nunca llegaría a firmar. En ella,
Robert afirmaba ser consciente de que no existía “ninguna evidencia creíble
para apoyar las alegaciones de que el asesinato del presidente Kennedy fue
causado por una conspiración local o extranjera”. Pero, como han señalado
diversos biógrafos, Bobby siempre mantuvo sus dudas sobre las conclusiones
finales de la Comisión Warren, que señaló que Lee Harvey Oswald actuó solo y
por motivaciones estrictamente personales. Prueba de ello, afirman los que creen
en que el pequeño Kennedy nunca estuvo conforme con la resolución de la misma,
es que nunca manifestó públicamente su acuerdo con dichas conclusiones.
Las
respuestas que plantean aún más preguntas
Los
documentos, que han sido publicados en la página personal de Howard P. Willens,
autor de La historia demostrará que tenemos razón, forman parte de un conjunto
mucho más grande que verá la luz próximamente, con motivo del 50 aniversario
del final de la investigación. El tiro parece haberle salido por la culata, ya
que la publicación de dichos textos no ha “arrojado una nueva luz a la
investigación sobre el asesinato”, como él esperaba que hiciese, sino que
plantean nuevas preguntas. En primer lugar, y como se pregunta el historiador Philip Shenon, autor de JFK:
caso abierto (Debate), en un artículo publicado en Politico, por qué dichos
documentos no habían formado parte del archivo de la comisión que figura en los
National Archives.
Dicho
documento tenía como objetivo que el pequeño de los Kennedy admitiese, bajo
juramento, que no daba pábulo a ninguna de las teorías surgidas alrededor de la
muerte de su hermano. El texto presionaba a Robert a apearse de las teorías de
la conspiración, pero finalmente, nunca fue utilizado. Como bien sabe la
historia, el por aquel entonces fiscal general de los Estados Unidos nunca
testificó u ofreció una declaración a la comisión, algo que ocurrió también con
el presidente Lyndon B. Johnson, pero no con Jacqueline Kennedy, que testificó
durante el 5 de junio.
Ya
era de dominio público una carta enviada a la Comisión Warren en la que, igual
que los documentos, Kennedy afirmaba que no había evidencias que respaldasen la
teoría de la conspiración. Sin embargo, la verdadera opinión del hermano
pequeño podría ser otra muy distinta. Como afirmaba el periodista de The New
York Times David Talbot en una entrevista con ACyV, Robert Kennedy sabía que
Oswald no había actuado empujador por la URSS y que, inmediatamente después del
asesinato, se había puesto en marcha una campaña de difamación para convertirlo
en chivo expiatorio. Tanto fue así que contactó con Moscú a través de un amigo
de confianza, Bill Walton, para comunicarles que sabía que no habían sido
ellos.
Quién
mató a mi hermano
No
es la única pista que desvela la desconfianza de Bobby hacia las teorías
manejadas por la CIA, el FBI y el Gobierno americano. El pasado año, su hijo
reveló que, antes de morir, su padre había calificado la Comisión Warren como
“una pieza de artesanía chapucera”. Por su parte, el historiador Arthur
Schlesinger Jr., autor de Mil días: John F. Kennedy en la Casa Blanca reveló
que en diciembre de 1963, Robert manifestó su temor de que el asesinato fuese
“parte de una trama más grande, ya sea organizada por Castro o por los
gángsters”.
Así
pues, ¿quién acabó con la vida de JFK? Como afirmaba el asistente de la Casa
Blanca Joseph Califano a Philip Shenon en una entrevista para su libro, “Robert
Kennedy experimentó un dolor increíble después de la muerte de su hermano
porque creía que estaba vinculada a sus esfuerzos por matar a Castro”. Pero
mientras Shenon sugiere que Bobby pensaba que habían sido sus intentos de
derrocar al comunista los que habían acabado con la vida de su hermano, Talbot
afirmaba en La conspiración (Crítica) que este sospechó de una alianza entre la
Mafia y la CIA que con anterioridad se había propuesto acabar con Castro y que
finalmente había centrado el objetivo en su hermano, que habría intentado
llegar a una solución diplomática con el cubano.
En
lo que no andaba precisamente descaminado Bobby Kennedy fue en su sospecha de
que, después de su hermano, él sería el siguiente. Y así fue el 5 de junio de
1968, en la cocina del Ambassador Hotel de Los Ángeles, cuando Sirhan Sirhan
disparó a bocajarro sobre él. RFK nunca llegó a testificar, ni a declarar qué
opinaba realmente sobre la Comisión Warren. El poco interés por que se sentase
frente a la comisión puede ser interpretado como otra pista más de la compleja
red que rodeaba la caída de JFK, o simplemente, como un error que la historia
ha pagado.
AUTOR
HÉCTOR
G. BARNÉS
Publicado el 20/10/2014
05:00
El Confidencial
NOTA: Un articulo totalmente vigente
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