AUNQUE SU ECONOMÍA ES LA QUE MÁS SUBE
DEL MUNDO, SU PROGRESO ES AÚN MUY LENTO
Foto: Vacas en plena calle, en algunas ciudades aún son sagradas
Una tras otra, imponentes joyerías lucen sus brillantes
escaparates en el interminable tramo de la calle Bepin Behari Ganguly en
Bowbazar, en pleno corazón de Calcuta. Mientras en su interior se venden
diamantes y gemas que cuestan una millonada, en la acera se agolpan los
mendigos que viven al raso y los porteadores que, a pie y descalzos, siguen
llevando a sus pasajeros sobre palanquines.
Lujo
y miseria conviven en la India del siglo XXI, la otra superpotencia emergente
que, junto a China, está cambiando la economía global. Con una subida del PIB del 7,4%
prevista para este año, la
India será el país que más crezca según los cálculos del Fondo Monetario Internacional
(FMI).Pero la inmensa mayoría de sus casi 1.300 millones de
habitantes seguirán viviendo en la más absoluta pobreza y sus gigantescas
ciudades continuarán siendo tan caóticas e infernales como Calcuta.
A pesar de su elevado
crecimiento económico, ralentizado por la crisis de 2008 y el pinchazo de los
países emergentes, entre los indios empieza a cundir la idea de que su país
avanza, pero no al ritmo deseado para cambiar la sociedad. La India se mueve,
pero lo hace a paso de elefante, el animal que precisamente representa a este
mastodóntico país. En comparación con el dragón chino, más efectivo en la
reducción de la pobreza, creación de clase media y modernización de ciudades e
infraestructuras, el crecimiento indio es muy lento.
La diferencia con China
«Hay
una tendencia a comparar la India y China por su similar población. Pero son
distintas en todo lo demás», razona para ABC Bala
Ramasamy, profesor de Economía en la Escuela Internacional de Negocios CEIBS de
Shanghái. A su
juicio, «el desarrollo chino está más repartido y ha beneficiado a más gente
por haber empezado en las manufacturas baratas para la exportación, que
permitieron emplear mayor mano de obra, mientras que la India se ha centrado en
los servicios, como en tecnología y finanzas, que requerían profesionales mejor
formados, pero menos numerosos».
A las afueras de Calcuta se
alza una Nueva Ciudad, que anticipa la pujanza a la que aspira la emergente
clase media
Además, Ramasamy cree que «la
orientación exportadora de la economía china y su autoritario régimen político
han permitido construir en poco tiempo las mejores infraestructuras del mundo»,
que es uno de los grandes retos de la India, cuyas carreteras son
tercermundistas. Frente a las eternas discusiones de la democracia india,
fragmentada en 29 estados con mucho poder, el «ordeno y mando» de la
centralizada dictadura china ha acelerado su progreso económico y social, pero
no político.
«Por
culpa de la corrupción, India es un ejemplo de que la
democracia no entraña necesariamente un buen gobierno», critica el profesor del
CEIBS, quien asegura que «ningún país ha sido tan efectivo como China en
reducir la pobreza y crear clase media». Ahora que la economía china no crece
como antes, el reto consiste en saber si ese progreso podrá mantenerse,
mientras que la India, que está bastante más atrasada, aún tiene margen para
seguir subiendo.
Aparte
de por sus dinámicas internas, todo dependerá del contexto internacional.
«Aunque la industria se ha ralentizado, sobre todo la del acero y el hierro,
el consumo privado aumenta y el Gobierno invierte en obras públicas para
relanzar la economía», señala Somjit Chatterjee, responsable de los créditos a
empresas en la entidad financiera ICICI, segunda del país tras el Banco Estatal
de la India.
Encargado
de la banca corporativa en una sucursal de Calcuta, desvela que«los
préstamos industriales aumentan un 5,5%, mientras que los inmobiliarios suben
un 15%». A las afueras de Calcuta, que tiene 15
millones de habitantes y es la tercera urbe del país tras Nueva Delhi y Bombay,
en el distrito de Raharjat se alza una gigantesca Nueva Ciudad que anticipa la
modernidad y pujanza a la que aspira la emergente clase media india.
Grandes retos
Formada por 300 millones de
personas, con unos ingresos medios mensuales que oscilan entre 25.000 y 40.000
rupias (entre 335 y 535 euros), a este segmento de la población se suman cada
año 15 millones de indios ávidos por consumir todo tipo de artículos. Con 27,5
millones de «smartphones» vendidos en el segundo trimestre de este año, un 17%
más que en el mismo periodo de 2015, la India es el mercado de móviles con
mayor crecimiento del mundo. Para 2021, los expertos calculan que el país
tendrá 1.400 millones de móviles.
Pero
la India tiene ante sí enormes retos, ya que su PIB per cápita es solo de 1.592
dólares
Pero la India tiene ante sí
enormes retos, ya que su PIB per cápita es solo de 1.592 dólares (1.421 euros)
y la mitad de su población sigue trabajando en la agricultura, frente al 22% de
empleados en la industria y el 29% que ocupa el sector servicios. Con un 32%
por ciento de población urbana, en términos de bienestar social ocupaba solo el
puesto 130 en una lista con 188 países en 2014 y sus gastos en educación y
sanidad apenas sumaban el 8% del PIB.
«La India crece, pero los
cambios son muy lentos pese a tener el conocimiento y la fuerza humana. El
problema es la corrupción y que no se piensa en grupo», resume Amitava Sen,
antiguo ingeniero electrónico y profesor-consultor de 76 años que emigró al
Reino Unido hace 55. Cuando sea más mayor, no descarta volver a la infernal
Calcuta, pero asegura con tristeza que «no puedo traer aquí a mis hijos porque
eso sería un castigo» ABC
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