LA SECTA DE COLLIGUAY

Las plantas de poder que maneja el chamanismo, hoy en la mira

Son hierbas, flores, hongos y cactus que contienen poderosas sustancias consideradas psicotrópicas. Su ingesta es cuestionada desde hace tiempo y ahora más después de conocido lo ocurrido con la secta de Colliguay.

Los oscuros hechos que se conocen de la secta de Colliguay, vincula a sus miembros al consumo de ayahuasca, una planta que los indígenas altiplánicos utilizan desde tiempos milenarios y que en países como Perú no está prohibida, al igual que la hoja de coca.

Así como existe la ayahuasca, también se habla del peyote, San Pedro, flor de Mota y floripondio las que muchos relacionan con episodios de "voladas" o drogadicción que en algunos casos pueden provocar la muerte.

Estas plantas son conocidas en el mundo del chamanismo como plantas de poder, pero en Chile muchas de ellas están prohibidas.

La Ley Nº 20.000 es la que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, según explican en el SENDA, Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol.

La reglamentación califica como drogas estupefacientes o psicotrópicas a la cannabis sativa (marihuana), cactus peyote, catha Edulis (Khat), Datura Estramonium (Flor de la trompeta), hongo Psilocide, Eritroxylon Coca (planta de la coca), papaver Somniferum (planta del Opio), salvia divinorum (Ska pastora), por lo cual se sanciona la siembra, cosecha y tráfico de estas especies vegetales productoras de sustancias psicotrópicas.

En el caso de la ayahuasca, afirman desde el SENDA ésta no está prohibida, pero se controla su principio activo como droga llamado DMT, el que es calificado como "el psicodélico de acción más intensa que se conoce, y de mayor impacto visual", pero no la especie vegetal utilizada en la preparación del brebaje.

Observan también que esta bebida se vuelve aún más peligrosa, cuando su consumo es combinado con tranquilizantes, alcohol, anfetaminas y cualquier producto que contenga cafeína. Además que en sí produce estados eufóricos y/o agresivos.

Su uso en el chamanismo

En el chamanismo se practica una corriente indigenista que rescata estas plantas por su poder para logran la curación de enfermedades, predicciones y comunicaciones con sus ancestros. Por eso, para el chamanismo, estas plantas son sagradas y no drogas prohibidas.

"El chamanismo desde sus orígenes ha utilizado diversos medios para lograr que el chamán o la chamana ingresen a estados de conexión espiritual con las fuerzas sutiles de la naturaleza en estados alterados de conciencia para lograr su comunicación, comunión y acceder a su sabiduría", cuenta el antropólogo Jorge Ruiz, director de la Corporación Cultural de Antropología, Educación y Salud, Centro Newen Amaru.

Ruiz enfatiza que la ingesta de plantas tiene un sentido místico-espiritual y curativo, y se define contrario a su utilización para "divertimento" o "viaje alucinógeno".

Aclara que la experiencia con plantas sagradas no debe originarse cuando la persona está en un conflicto, sino cuando está fuera de él. Ni menos si presenta alguna alteración psicológica y emocional. En ese sentido, subraya la importancia de que sean consumidas en un ritual y bajo la supervisión de un guía para poder acceder a un verdadero "trance espiritual" y no una "volada".

Las ceremonias a las que se refiere el antropólogo, van acompañadas de rezos, cantos, música y danza ritual, donde el objetivo es lograr acceder a las respuestas sobre aquello que se pregunta o se busca solución. "En los verdaderos rituales el chamán o chamana se relacionan con las plantas alucinógenas, desde un estado profundo de empoderamiento con su fuerza espiritual y poder creativo para lograr su fin de discernimiento", señala.

La creencia que hay detrás de este llamado saber ancestral, según explica el chamán Rumi del Centro Manto Wasi, es que el "Gran espíritu" puso a disposición estas medicinas o "abuelas" para curar dolencias y acceder a su sabiduría.

"Lo que se toma no es la planta, el brebaje es el vehículo que lleva al espíritu o ser de la planta, que el mundo espiritual, la conciencia suprema o el gran espíritu, como le quieras llamar, te conecta directamente con la Pachamama, la tierra", afirma Rumi.

Sin embargo, ambos expertos en chamanismos llaman a tener en cuenta que el viaje al que lleven las plantas alucinógenas es incierto y depende del estado de quien las pruebe. "Son capaces de conectarnos con el cielo o el infierno, la felicidad o la tortura, nunca se sabe donde te llevarán", dicen. De ahí la necesidad de un chamán o terapeuta experto que guíe la experiencia y que pueda auxiliar en el momento oportuno.

La ayahuasca

Con fines terapéuticos establecidos y en estudio se revela la ayahuasca. En el Centro Manto Wasi realizan tratamientos con esta liana o raíz que viene del mundo amazónico, siendo el grupo étnico de los Shipibo Conibo, del Perú el más importante representante de su uso y práctica.

Se dice que sirve para hacer limpieza física y espiritual, que lleva al autoconocimiento, autoevaluación y autoanálisis. También que induce a regresiones e introspecciones y que permite tomar conciencia del inconsciente.

En Manto Wasi afirman que la ayahuasca es un desalucinador, y enumeran que otorga experiencias de éxtasis místico y realización espiritual. Aunque lo más que llama la atención es que se usa en tratamientos de desintoxicación y adicciones, donde el Centro Takiwasi en Perú es pionero.

"La ayahuasca ha mostrado ser una terapia muy efectiva en el campo de la psiquiatría y la psicología en el tratamiento de la depresión y la ansiedad, así como los problemas de personalidad y esquizofrenia", señalan.

Pero, no es para todos. En este caso, su ingesta sólo se produce después de haber pasado un riguroso proceso de selección, ya que se toma sólo en un contexto protegido y formal, donde la persona en forma previa deberá contar su vida, propósito y contestar un cuestionario con 120 preguntas, que será revisado por un equipo multidisciplinario que evaluará clínicamente al interesado y establecerá si es posible o no ayudarle con un tratamiento de este tipo.

"Lo que produce a nivel espiritual son ensoñaciones que vuelven a revivir episodios de la vida para resolver, entender y comprenderlos, ampliando la visión conflictiva sobre lo sucedido", asegura Rumi o César Ahumada de Manto Wasi, quien en abril de 2012 ganó un proceso judicial de cuatro años, donde logró demostrar en forma histórica que la ayahuasca no es una droga.

Esencias chamánicas

Pero si la idea es tomar hongos, cactus, flores y "plantas de poder", pero sólo con fines terapéuticos sin correr el riesgo de caer en un "malviaje", la alternativa en Chile está en las esencias Chamánicas de México que ahora cambiaron de nombre por el de México Antiguo.

Así es. Este sistema extrae el poder sanador de potentes cactus, hongos, flores y semillas, donde el componente psicoactivo o alucinatorio ha sido eliminado.

"Se complementan y refuerzan el trabajo con otras esencias florales, pero según mi experiencia en Chillán, son más potentes porque trabajan patrones transpersonales, vidas pasadas y las vivencias que se traspasaron en la etapa intrauterina", explica Gabriela Riveros, terapeuta floral y formadora de terapeutas de Esencias del México Antiguo en el Sendero del Alma en Chillán (grivere@hotmail.com).

Su sintonizador, Luis Solana y Sentíes, las describe así: "Son una llave para acceder a niveles muy arcaicos de conciencia e inconciencia, ahí donde los patrones ancestrales nos atan al pasado y nos condenan a vivir prisioneros de circuitos de repetición de conductas" En definitiva, son 21 remedios vibracionales que para Gabriela Riveros, comparten entre sí la cualidad de formar todos ellos parte el acervo cultural, religioso y mágico de los habitantes del antiguo imperio Azteca. "Son remedios chamánicos que tienen el objetivo de llevar a la persona al autodescubrimiento y el autoconocimiento para su liberación".

Advierte que para saber cuál tomar para iniciar el viaje introspectivo, es necesario someterse a un test especialmente diseñado para estos elixires, ya que la idea es dar con la preparación exacta. El chamanismo se ha sofisticado. (Emol)