martes, 15 de diciembre de 2009

ESTOY MAS PERDIDO QUE EL TENIENTE BELLO

Popular dicho chileno crea mitos

Más de una vez, hemos dicho en nuestros trabajos que Chile es un país fantástico, mágico y con un aura de trascendencia a temas místicos muy acusada. Esta vez nos vamos a referir a la frase dicha por muchos chilenos “Estoy más perdido que el teniente Bello” frase casi histórica, pues nadie se escapa a su influencia en sus comentarios cotidianos.

Detrás del teniente Bello, esta el nombre de Alejandro Bello Silva, quien era un postulante al titulo de aviador militar en un lejano año 1914. En nuestro país se le considera el segundo mártir de la aviación militar, pues desapareció sin dejar rastro al atardecer del 9 de marzo de 1914, cuando hacia la ruta de Culitrín a Lo Espejo, junto a dos colegas más.

En aquellos años existía un clima prebélico en el mundo, que luego se consumaría en Sarajevo. Chile, país siempre resguardando su retaguardia, o sea el paso entre el océano Atlántico y el Pacifico pensaba prepararse para cualquier eventualidad militar, pese a lo lejos que estábamos del conflicto madre.

La reciente creada escuela de Aviación, comandada por el Capitán Ávalos, había recibido una pequeña partida de aviones Bieriot. Máquinas que eran muy pequeñas de 50 HP de limitada velocidad, y autonomía de vuelo. En estas frágiles pero prácticas máquinas, eran instruidos los aspirantes a aviadores militares en aquellos años.

La mañana del 9 de Marzo de 1914, tres oficiales de dicho plantel aeronáutico, los tenientes Bello, Ponce y Torres (otras fuentes agregan a un sargento de apellido Menadier) despegaron de Lo Espejo a una ruta que comprendería el Aeródromo Culitrín, hasta el Aeródromo de Cartagena. Debido al mal tiempo y la poca visibilidad existente, además de algunos desperfectos técnicos en las máquinas, tuvieron que aterrizar y cambiar los aviones.

Al teniente Bello le correspondió un avión “Sánchez Besa” y que los cronistas de la época destacan su nombre “Manuel Rodríguez” y el número 13 que tenía como registro. Volaron una vez el tiempo lo permitió, y Bello llegó a Culitrín y almorzó con sus colegas en dicha localidad.

A las cinco de la tarde reiniciaron su ruta inicial. Remontaron, según antecedentes de la época, pequeñas formaciones de nubes y de vientos turbulentos. Una vez que se aproximaban a Santiago, los pilotos Bello y Ponce perdieron contacto ante la presencia de una fuerte nubada que se desplazaba hacia la costa. Desde aquel momento, el teniente Ponce dice que cada uno trato de salvar el escollo como pudo, según los cánones de aviación vigente, y se apartaron de la ruta complicada.
Ponce, aterrizó en Buín angustiado por un presentimiento de la suerte corrida por su amigo, y pregunto por él. La respuesta fue que había aterrizado en la localidad de Llo-Lleo, sin novedad e ileso. Hecho que a la mañana siguiente se comprobó que era inexacto, y desde ese momento se comienza hablar de la desaparición de Bello la cual esta confirmada.

Desde aquel mismo día, comenzaron los rumores a correr. Algunos testimonios decían de un avión que había caído en el mar, otros eran provenientes de pescadores que expresaban, que cerca de “la hora de la oración” (textual) se había precipitado al mar un avión, antes que ellos legaran a socorrerlo. También existió un rumor que había caído en una hacienda de nombre La Boca, distante a cuatro kilómetros aproximados de San Antonio., etc. Mientras tanto, efectivos militares, tantos terrestres como aéreos, trataban de localizar el pequeño avión en diferentes lugares donde decía que habían visto caer “algo”, o simplemente tratando de seguir unas pautas de comportamientos lógicas de la ruta inicial del vuelo.

Al cabo de diez años posteriores a la tragedia descrita, o sea en el año 1924, un chico pastor que cuidaba su rebaño de ovejas cerca de la laguna de Aculeo, expresó que en su juventud mientras cuidaba el rebaño había visto caer un avión en una quebrada, cerca de la mencionada laguna, y que el aeronave se había incendiado luego de chocar contra los árboles, pero que cuando relató este hecho a sus padres, estos le dijeron enfáticamente que “No te metas con la Justicia y quédate callado con lo que has visto”

Este testimonio contado a diez años de la tragedia, quizás sea el más verosímil, dentro de la gran cantidad de rumores que se recogieron e investigaron. Incluso, cuando llegó este relato del chico pastor a las autoridades, estas acudieron al lugar descrito, y se encontraron con un paraje de muy difícil acceso, de espesa vegetación, y se pudo apreciar la muestra de árboles quemados tiempo atrás.

Los comentarios respecto de esta pérdida llevaron a todo tipo de anécdotas. Es así como, se comentó que Dagoberto Godoy, célebre piloto chileno que cruzó la cordillera de Los Andes (toda una hazaña en aquellos años) tomando en cuenta las precarias condiciones en que se realizaban los vuelos, dijo que había visto al teniente Bello viajando en un tren. En Febrero de 1921 un grupo de arrieros informó haber encontrado restos de un pequeño avión en el Cajón de Maipo. Siguiendo esta ruta de los rumores de la época, también se comentó que el avión y los restos de Bello se encontraban en una quebrada del cerro La Rinconada, lugar cercano a San Vicente de Tagua Tagua, incluso la desaparición llevó al cronista Francisco Moaut, a consultar a una mentalista, quien le expresó que el teniente Bello se había estrellado en unos acantilados y luego junto con su avión había caído al mar.

Pasaron los días, meses y años y esta tragedia nunca fue explicada satisfactoriamente. No existió respuesta oficial, a la pérdida de este teniente pionero de nuestra aviación militar.

Han pasado más de 90 años de esta tragedia, y el pueblo chileno sigue usando esta famosa frase, muchas veces expresada en forma casi inconciente. El pasó del tiempo ha borrado ese sentido burlesco que aludía al despiste o ser distraído en exceso, cuando se vociferaba contra alguna persona concreta. El modismo hoy en día es un cliché, totalmente incorporado a la idiosincrasia de los chilenos en general.

La imaginación y la fantasía del pueblo agregaron el resto, incluso hace un tiempo atrás en más de algún congreso ufológico se han atrevido a mencionar una “supuesta abducción” del teniente Bello, lo que demuestra - independiente del tono jocoso que se le ha dado a este comentario - que los mitos en Chile siguen vivos y se le agregan nuevos matices, pese al paso de los años.

En Brasil

La Revista Piaui de Brasil, en el mes de Junio de 2007 bajo la pluma de Graca Ramos, publicó un trabajo sobre este tema, la desaparición de uno de los pioneros de la aviación chilena, mencionando que en los año 80 en una reunión de ufólogos chilenos se había filtrado el comentario de una “posible abducción por extraterrestres” de este aviador.

El comentario original salió del estudioso chileno Carlos Muñoz, quien recogió unos apuntes en el Museo de Aeronáutica de Chile, donde se dice que una “señora vestida de negro” dio información a los policías de la época, y que cuando se trato de interrogarla esta persona nunca más fue encontrada. Algunas crónicas de la época también hablan de esta solitaria mujer que se aproximó a la policía… difieren las noticias sobre su vestimenta de color negro, aunque debemos imaginar que era totalmente normal vestir ese color en aquellos años en las mujeres mayores, quienes mantenían duelo por viudez por varios años.

Esta claro, que de este detalle salió el rumor de la abducción y una posible vinculación con la ufología de este accidente aéreo. El color negro se vinculo a terminos ufológicos por todos conocidos (Black Man …)

Hace un par de años atrás se realizó una expedición que contó con la participación de integrante de la Escuela de Ingenieros militares, funcionarios municipales, integrantes del club aéreo de San Antonio, integrantes del museo de San Antonio y algunos amigos cercanos. Ella se llevo a cabo los días 28, 29 y 30 de noviembre de 2007 en la localidad de Cuncumén, la arboleda. El objetivo de esta nueva expedición fue verificar los hallazgos del supuesto avión Sánchez Besa Nº13 encontrados en la década del 80. En la búsqueda se encontraron sólo dos trozos de fuselaje de un avión que podrían pertenecer al avión extraviado del Teniente Bello. (VER FOTO)

Según José Luis Brito, investigador y Director del Museo de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio, que participo en la expedición declaro:

"En esa época una mujer dio el aviso al jefe de la estación de Llo-Lleo sobre la caída de un avión en el lugar. Estamos en averiguaciones sobre los apellidos de esta mujer, porque según relatan los lugareños, ella existió y fue quién vio caer en esos terrenos el avión del Teniente Bello".


Mario Rangel, importante investigador brasilero se encargó de aclarar este punto, una vez nos escribió y le confirmamos que esta afirmación era más bien una broma coloquial que un comentario serio, aunque todo hay que decirlo, la desaparición aún tiene sus ribetes de incógnitas, y nada se ha podido confirmar tajantemente.

El paso de los años ha sido inexorable en este asunto. La memoria del Teniente Bello sólo ha permanecido en el recuerdo popular y en el dicho tan empleado por los chilenos.


Recomendamos para mayor información leer:

• Historia Aeronáutica Civil (Autor: Enrique Flores)
• El Teniente Bello y Otras pérdidas (Autor: Francisco Mouat)

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