sábado, 29 de agosto de 2009

EX COLONIA DIGNIDAD: ¿DONDE ESTA EL DINERO?

Pistas tras la fortuna de Paul Schäfer:
Una historia de armas, mesadas y Caribe

Tal es el misterio que rodea los fondos que se habla de un patrimonio del líder del enclave alemán que va de los US$ 3 millones... a sobre los US$ 10 millones: el rol del tráfico de armas. Fondos comienzan a salir al exterior con la llegada de la democracia: las asesorías del "Mamo" Contreras. Búsqueda de un pasaporte lo llevó a comprar departamento en Islas Saint Kitts.

"¿Me trajiste chocolates?". La pregunta a Georg Packmor encendía la mirada del ojo izquierdo, el bueno, de Paul Schäfer.

Era 1984 y la ansiosa expresión no tenía nada que ver con golosinas, sino que era la clave para referirse al fajo de billetes que el hombre de confianza del máximo líder de Colonia Dignidad -quien, eso sí, se fugó un año después y en Canadá revelaría oscuros antecedentes de esta organización- le pasaba cada fin de semana, fruto de la producción de la planta chancadora de Bulnes.

Paul Schäfer tiene 88 años, y enfrenta 4 condenas judiciales (la mayor es de 20 años por abusos contra menores) y cargos por secuestro y asociación ilícita, que lo tienen desde 2005 -cuando fue detenido en Argentina- preso en el hospital penitenciario. Ahora que se ha dicho en varias oportunidades que está "al borde de la muerte", indagamos en uno de los secretos mejor guardados del ex jerarca del enclave alemán: su fortuna.

La justicia no ha podido profundizar en el tema, y las cifras que se dan van desde los US$ 3 millones, hasta sobre los US$ 10 millones... Por eso indagamos en episodios clave de los millones que manejó la Colonia, para acercarnos a la cifra misteriosa que -de existir- podría heredar su hija adoptiva: Rebeca.

La génesis de la riqueza

La historia parte el 21 de septiembre de 1961, cuando Paul Schäfer logra la personalidad jurídica de la "Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad": un reducto de colonos alemanes, cuyas actividades de beneficencia en Parral le proporcionaron -además de la exención de impuestos- una pantalla para desarrollar oscuros negocios, sobre todo durante el Régimen Militar.

La producción de la planta Chancadora (Bulnes); de las 14 mil hectáreas en Parral y las ventas en el Casino de Bulnes son parte de los ingresos de Dignidad. Cálculos de los propios colonos estiman en al menos US$ 30 millones los ingresos por estos conceptos desde su fundación hasta hoy.

¿Y egresos?

Antes de 1996 "nadie jamás habló de sueldos. Todos estábamos en una sola cosa y el compromiso era que cada uno daba su mejor parte y al que necesitaba algo, se le financiaba y punto: fuera atención de salud, vestimenta o educación. Lo que fuera", recuerda uno.

Sólo ese año, para adecuarse a la legislación laboral chilena, se incorporó a la contabilidad el ítem "remuneraciones"... pero en la práctica, "de común acuerdo estos sueldos fueron a un fondo del cual se abastecía la caja común que corría con los gastos generales, salud, etc", se nos explicó. El fondo juntó, según informó el mismo Schäfer hacia 1997, US$ 10 mil por colono (casi US$ 3 millones en total).

Además, la dirección de la Colonia manejaba las pensiones que varios ancianos recibían desde Alemania.

Pero fuentes que conocieron la mecánica del enclave alemán advierten que lo que más dinero habría generado habría sido el tráfico de armas que investiga la justicia en Chile, que tuvo su mayor apogeo antes de los 90 cuando enviaban y recibían bultos desde Europa sin ningún control.

Todos estos capitales estaban a cargo de Albert Schreiber, el número dos de la Colonia, quien inicialmente los invirtió en Fondos Mutuos.

Los consejos del "Mamo"

Hacia fines del Régimen Militar, los colonos comenzaron a distribuir los bienes de Dignidad en diversas sociedades: Abratec, Agripalma, Cinoglosa y Cerro Florido, las principales.

Pero ya llegada la democracia -y con un gobierno contrario al enclave-, comenzaron a sacar el dinero fuera del país: se abrió una cuenta en el Chemical Bank. Varios de los colonos sostienen que esa decisión fue recomendada por el ex jefe de la DINA, general (r) Manuel "Mamo" Contreras.

Surgirán así fondos en Estados Unidos, Uruguay y Canadá. Son pocas las huellas de estas transacciones. De hecho, a Schäfer le gustaba manejar sólo efectivo. Sí se detectó que desde Canadá ingresaron US$ 1 millón para comprar en 2001 un campo en Los Angeles.

Pasaporte comunitario

Una de las inversiones en el exterior que está acreditada por diversas fuentes es un departamento en una isla caribeña, adquirido a mediados de los 90, cuando era cada vez mayor la desconfianza hacia la Colonia. Un clima nada cómodo quizás para Schäfer, quien ni siquiera contaba con un pasaporte, pues en 1985 Alemania no se lo renovó: tenía una investigación de abusos sexuales contra menores en su contra en esa nación europea.

"Entonces se buscó una vía alternativa legal para obtener un pasaporte, usando su nombre real", ha explicado el doctor Hartmut Hopp, quien fue considerado por años el delfín de Schäfer. Eligieron las islas Saint Kitts, paraíso caribeño ubicado en las Antillas.

Como su territorio de apenas 260 km cuadrados es parte de la Comunidad Británica de Naciones, resultaba tentadora la posibilidad de obtener la ciudadanía de esa comunidad, considerando que sólo bastaba adquirir una propiedad.

En 1995, Hopp viajó a Saint Kitts para este "encargo personal" de Schäfer: conseguir un pasaporte.

Adquirió un departamento de US$250 mil en un complejo turístico. Hoy habría intenciones de venderlo, aunque quedó con daños cuando las islas fueron azotadas por una serie de huracanes.

La mesada de $10 millones

En 1996 se pierde públicamente el rastro de Schäfer: cuando la policía allanaba el recinto, el líder se escondía en un búnker ubicado en la Colonia. Algunos antecedentes indican que emigró en julio de 1997, una semana después que huyera el joven Tobías Müller junto al chileno Zalo Luna.

Con el jerarca fuera de la villa, el mando pasó a "los caballeros" (Die Herren, muchos de ellos fundadores de agrupación): Hans Jurgen Blanck; Gerhard Seewald, Alfred Mathussen, Gerhard Mucke y Kurt Schnellenkamp.

Una de las primeras decisiones fue nombrar a tres personas para manejar las platas de la colonia: Klaus Schmidtke, Heltmut Seelbach y Gesa Kunde.

Pero, en la práctica, quien seguía manejando los dineros y las empresas era Erika Amanda Heimann Bahnk, esposa de Blanck, uno de los "caballeros".

De bajo perfil, "tía Erika" fue una de las pocas mujeres cercanas a Schäfer y la encargaba de emitir y firmar todos los cheques de Dignidad.

Y más aún, fue la responsable de financiar a Schäfer en el extranjero: $10 millones al mes, entre su salida del país y por los siguientes cuatro años (hasta fines del 2001 o inicios del 2002), lo que totaliza egresos cercanos al millón de dólares.

Erika Heitmann relató en una declaración judicial de 2008 el mecanismo: le pasaba el dinero a su marido y éste a otro hombre de confianza de Schäfer -Hans Jürgen Riesland Bollman, el "Hamster"-, que permitió al jerarca seguir recibiendo periódicamente su mesada desde Chile.

Blanck murió en agosto de 2004 y la "tía Erika" nunca ha sido procesada.

Lo que queda

Según el doctor Hopp no existe la supuesta fortuna de Schäfer y que si bien reunieron dinero, gran parte era para financiar el hospital de la villa: implicaba un desembolso anual de US$500 mil a US$ 700 mil. Eso es lo que le dijo al ministro Sergio Muñoz cuando lo interrogó sobre la materia.

Bajo esa premisa, cuando dejó de funcionar el hospital en 1997 habrían recaudado a lo más US$ 4,5 millones en total, parte de lo cual se mandó a Schäfer en Argentina: adquirió con ello la finca "La Solita" (de 40 hectáreas) y una casa en Tortuguitas, ambas cerca de Buenos Aires.

Fueron compradas por "Agrícola Pavel", creada por los custodios de Schäfer para asegurar los bienes, y están embargadas por la justicia trasandina desde 2005 y hasta 2010... salvo que el gobierno chileno resuelva otra cosa, según explicaron en el juzgado argentino.

Hoy la Colonia mantiene en Chile una casa en Campos de Deportes (Santiago); el casino de Bulnes; la planta chancadora (cuya producción bajó) y las 14 mil hectáreas del fundo en Parral (con avalúo fiscal de $2 mil 98 millones).

El acuerdo con el CDE: hipoteca

Uno de los principales inconvenientes que dicen tener los colonos para reactivar sus empresas es el embargo sobre el fundo en Parral, que data de 1996, y que les impide usar las tierras como respaldo para créditos bancarios.

Luego de 13 años, el Consejo de Defensa del Estado accedió levantar el embargo a cambio de hipotecar cuatro hijuelas (avaluadas en $1.000 millones cada una), como garantía de posibles indemnizaciones judiciales.

Esos paños corresponden a terrenos ubicados en el faldeo del cerro La Tabla (al interior de la Villa), en el sector de Chenco y son propiedades aptas para siembra y, otra parte, para explotación de bosque dado que involucra algunas lomas.

El nuevo poder interno y las ofertas por ser socio

Como sociedad anónima, hay algunas personas que están vendiendo paquetes accionarios de Colonia Dignidad: hay un incógnito interesado que paga 50 veces más de lo que ofrecen otros.

El fin de los embargos de las propiedades está generando varios movimientos al interior de la Villa Baviera. Menos cohesionados que bajo el dominio de Paul Schäfer, c iertos grupos buscan mantener la pureza de sus raíces germanas y pretenden sacar a aquellos que, por adopción, formaron parte del grupo de colonos.

Así, poco a poco han ido alejando especialmente a aquellos chilenos que en las épocas más difíciles actuaron como voceros: Hernán Escobar, otrora presidente de la llamada Juventud Permanente; Ricardo Alvear y Víctor Briones.

Parte de esa estrategia es ir comprando las acciones que estos detentan para ir concentrando el poder de mando al interior de las empresas. Así, con el anuncio de acuerdo con el CDE, comenzó el tira y afloja, y la postura de ofertas en la pizarra de la Villa (que opera como una pequeña bolsa de comercio).

Misterioso interesado en acciones de la sociedad

Como son sociedades anónimas, quienes quieren vender están obligados primero a ofrecer a los otros accionistas, antes de buscar un tercero... que ya apareció.

Pero la piedra de tope la representa el precio de las acciones: mientras descendientes de los jerarcas ofrecen, por ejemplo, $ 800 mil por un lote de 300 acciones, un interesado externo propone $42 millones (hasta ahora nadie sabe quién es el oferente, porque actúa a través de una oficina de abogados).

En todo caso se cuidan que esta "purificación" no los homologue a un neo-nazismo.

De hecho, para evitar problemas prohibieron el acercamiento a la Villa Baviera a Cristian Joseph Orhanovic, marido desde febrero de 2008 de Renate Schnellenkamp. La renuencia a verse involucrado con Orhanovic se debe a que éste fue deportado de Estados Unidos a fines de 2002 luego que el FBI determinara que estuvo involucrado en organizaciones del llamado "poder blanco" como el Ku Klux Klan.

Por Viviana Candia V.

La Segunda (29.08.2009)
















sábado, 22 de agosto de 2009

CHILE RECONSTRUYE SU HISTORIA

Reconstituyen hallazgo del cadáver de Víctor Jara





Foto: Monica Salinas en el lugar del hallazgo
Durante dos horas, los policías junto a una testigo del hecho realizaron un levantamiento fotográfico del lugar donde hace 36 años fueron arrojados los cuerpos del artista y otras tres víctimas, Litre Quiroga, Eduardo Paredes y un N.N.

Tres veces, Mónica Salinas (76) ha tenido que realizar la misma tarea: caminar desde su casa hasta un sitio eriazo ubicado a un costado del Cementerio Metropolitano. La primera vez que lo hizo, en septiembre de 1973, junto a una amiga, encontraron cuatro cadáveres. Uno de los cuerpos inmóviles era el de Víctor Jara.

La segunda ocasión fue en junio, cuando contó a "La Nación" su experiencia. Ayer, la anciana mujer fue llevada hasta el lugar por Carabineros, para oficializar su declaración sobre este hecho, que había sido un misterio hasta este año.

Hace un mes, el ministro Juan Fuentes Belmar entregó al OS-9 de Carabineros una orden para investigar el crimen de Víctor Jara y el de Litre Quiroga, ex director de Gendarmería. Es la primera vez que esta institución participa en el caso.

Junto a Mónica Salinas, realizaron la reconstitución del momento en que la mujer encontró los cuatro cuerpos que dice haber visto una mañana, entre el 15 y 16 de septiembre.

Los funcionarios tomaron notas y fotografías del lugar, incluida una recreación de la forma en cómo estaban dispuestos en el suelo los cadáveres.

Fuentes dijeron que la versión que entregó la mujer es la misma relatada a "La Nación", en junio.

Su testimonio indica que habían escuchado un rumor de que en ese lugar (ver infografía) estaban arrojando muertos.

"Los cuerpos estaban en el suelo, boca abajo y alineados uno junto a otro, separados así tanto (con las manos dibuja en el aire una huincha de medir imaginaria, que simula un metro)", dijo.

La señora Mónica conocía perfectamente al cantautor. Sólo dos meses antes lo había visto, guitarra en mano, interpretar su música frente a un grupo de pobladores.

"Yo ubicaba a Víctor Jara y le dije a la Maiga (ya fallecida) que lo conocía. Le limpiamos bien la cara, porque la tenía llena de sangre seca, roja oscura. Tenía puesto no recuerdo bien si era un chaleco o algo parecido, de color verde, y se notaban agujeritos en la ropa, de donde le había salido sangre".

Entonces, "le revisamos las manos para ver si le encontrábamos una argolla o algo y no podíamos creer cómo se las habían dejado: las tenía todas hechas tira y yo le movía los dedos, pero era como si no tuviera hueso. La cabeza la tenía hecha tira también".

Comenta luego que "no estaban tiesos, porque los dimos vuelta con facilidad. No vimos balas en el suelo, porque había mucho pasto".

Las mujeres siguieron con el segundo cuerpo, el que resultó ser de Litré Quiroga. Al tercero no lo pudieron identificar. Al ver el siguiente cadáver, relata Mónica, "mi amiga me dice que era el del Coco (Paredes), que tenía un hoyo en el estómago, de donde se le salían las tripas".

En los próximos días, el juez Fuentes Belmar tomará declaración judicial a la mujer. En el caso de Quiroga, se trata de un antecedente más que refuerza la necesidad de exhumar su cadáver para determinar la causa de su muerte, sus lesiones y el tipo de armamento que se utilizó para liquidarlo.
Fuente: La Nación

martes, 11 de agosto de 2009

DIOS LOS CRIA Y EL DIABLO LOS JUNTA

INCREIBLE "ALIANZA" ENTRE EL VATICANO Y HEZBOLLAH

¿Por qué el Ejército israelí habrá apelado a estas falsas conspiraciones a la hora de adoctrinar a sus soldados?




¿El Papa organizó un viaje a Auschwitz para los miembros del movimiento libanés Hezbollah. ¿Y cuál sería el objetivo? Que aprendan como asesinar a judíos a gran escala, explicó desde Beirut, Javier Espinosa para el blog Oriente Próximo que publica el diario español El Mundo.

¿Acaso es el guión conspirativo de una producción cinematográfica? No, es el texto de un panfleto que entregaba hasta hace algunos días el Ejército israelí para completar su formación ideológica.

El panfleto, titulado 'Los dos lados de la frontera', recoge la hipotética confesión de un ex miembro del grupo armado Hezbollah que dice haberse convertido al judaísmo y que asevera que el líder de ese partido, Hassan Nasrallah, participó en la ruta hacia el campo de concentración.

"Sabíamos que el Vaticano se identifica con la lucha de Hezbollah", precisa el personaje, al que se identifica como Avi.

Según refiere el diario Haaretz, el medio de comunicación israelí que ha denunciado el singular material al que recurre el ejército de Tel Aviv para aleccionar a sus militares, el libreto añade que Nasrallah y el tal Avi participaron en un detallado recorrido por Auschwitz tras el cual no pudieron sino explicar a los guías que les había proporcionado el Vaticano: "Cualquier árabe, dentro de si mismo, es una especie de fan de los Nazis". '

El panfleto también acusa a políticos y periodistas europeos de aceptar sobornos para promover opiniones contrarias a Israel.

"El libro de reparte de forma regular. Se presenta como una historia real. Toda una compañía de soldados adultos me dijeron: lee esto y sabrás quienes son los árabes", explicó un uniformado al matutino israelí.

Por supuesto nada más filtrarse a los medios el asunto, el Ejército ha anunciado que retiraba de la circulación el polémico texto, apadrinado por una asociación fundamentalista de judíos norteamericanos y el no menos extremista Shmuel Eliyahu, rabino de la ciudad de Safed, en el norte de Israel.

Se supone que el historial de este último personaje en cuestión debería haber alertado ya a los responsables a cargo del material lectivo que se distribuye entre los soldados toda vez que el citado Eliyahu es uno de los clérigos más radicales del país.
La prensa local le atribuyó en 2007 unos significativos comentarios en los que aportaba su propia solución para acabar con el lanzamiento de cohetes Kassam desde Gaza: "Si no paran tenemos que matar a 100, si continúan mataremos a 1.000, a 10.000 o a un millón". Para "vengarse" por el atentado contra un centro de educación de Jerusalén –que dejó 8 víctimas mortales- promovió también una respuesta en el mismo estilo. "Un estado que realmente respete a sus ciudadanos habría colgado a los 10 hijos del terrorista en un árbol de 25 metros para que otros lo vieran y sintieran miedo", escribió el clérigo.

El asunto dista mucho de ser un incidente aislado y se suma a las muchas denuncias que ha recogido la prensa israelí sobre la creciente influencia de los sectores más fundamentalistas en el seno de las fuerzas armadas de ese país.

Cabe recordar que en enero los rabinos afectos a la institución distribuyeron otro panfleto de tono similar en el que instaban a los soldados a considerar la guerra de Gaza como una suerte de lucha religiosa destinada a "desembarazarse de los gentiles" (una expresión fundamentalista judía que alude a los miembros de las demás religiones) mientras que se extendió entre los uniformados la moda de portar camisetas con dibujos como el que mostraba a una embarazada palestina bajo la mirilla de un fusil y un lema que rezaba: un disparo dos muertos.

Por otra parte, las teorías sobre conspiraciones imposibles tampoco son algo inusual en esta región donde los 'Protocolos de los Sabios de Sión', un libelo anti-judío que data de la Rusia zarista y que achaca todos los males del universo a esa comunidad, sigue gozando de una cierta aceptación entre el público árabe que se ha reflejado en la multiplicación de las traducciones de dicha obra y hasta en la serie que les dedicó la televisión egipcia en el 2002.

FUENTE: Urgente24


martes, 4 de agosto de 2009

LA HISTORIA TURBIA DE CHILE

ASESINATO DEL PRESIDENTE FREI
Conspiración mortal

La sospecha de que el ex presidente Eduardo Frei Montalva (1964-70) fue asesinado por agentes de la dictadura militar se ha convertido, poco a poco, en una convicción. Más por la insistencia de la familia y de algunos personeros políticos, que por la acumulación real de pruebas obtenidas por el juez Alejandro Madrid, quien investiga el caso desde hace más de cinco años. En las últimas semanas, sin embargo, el magistrado parece haber tomado las puntas de varios ovillos de una oscura trama, que podrían conducirlo a esclarecer definitivamente las circunstancias en que falleció el ex presidente de Chile.
Hasta ahora, se habían reunido una serie de circunstancias poco claras que inducían a la familia Frei “a la certeza moral” de que el ex mandatario fue víctima de una manipulación para contagiarlo con algún elemento tóxico, mientras se recuperaba de una intervención quirúrgica en la Clínica Santa María en diciembre de 1981.
Frei Montalva ingresó a la clínica el 18 de noviembre de 1981 para operarse de una hernia en el esófago que le producía una molesta esofagitis. Los reflujos de ácidos estomacales no lo dejaban comer. No podía beber ni media copa de vino, tenía que hacer dieta permanente, dormir semisentado y consumir antiácidos a cada rato. Esto le resultaba insoportable. Después de consultar sobre los riesgos de una intervención, decidió operarse. Sus médicos de cabecera, los doctores Alejandro Goic y Patricio Silva Garín, le dijeron que no era necesario hacerlo en el extranjero y que en Chile la mortalidad de esa cirugía era nula.
La intervención la realizó el doctor Augusto Larraín, uno de los mejores especialistas. La recuperación fue inmediata y a los pocos días fue dado de alta y retornó a su casa. A los diez días empezó a sentirse mal; padecía un rebelde estreñimiento. Goic y Silva concluyeron que tenía una obstrucción intestinal por el corte realizado en la intervención y que había que operar nuevamente. Lo hicieron el 6 de diciembre. Operó Silva estando Goic presente. Parecía simple, pero se encontraron con adherencias de gran magnitud, lo que los médicos denominan “plastrón”. Fue necesario cortar un trozo de intestino y volver a unir.
El peligro mayor era que microbios del tubo intestinal pasaran a la cavidad peritoneal e iniciaran una infección. El equipo médico hizo una prolija limpieza y cerró la herida. El posoperatorio inmediato pareció favorable. Al día siguiente, el doctor Goic recibió un llamado urgente de la clínica. La presión de Frei había caído a cerca de 0 y la fiebre se estaba disparando: tenía un shock séptico ocasionado por una brusca infección.
Se llamó de inmediato al doctor Sergio Valdés, connotado especialista en infecciones; le suministraron al paciente grandes dosis de antibióticos y se le conectó a un ventilador mecánico. Como no respondió con rapidez, se optó por una tercera intervención, el 8 de diciembre, para realizar un aseo quirúrgico completo. Al salir del quirófano respondió bien: disminuyó la temperatura y se estabilizó la presión. Sin embargo, en las horas siguientes presentó nuevas complicaciones. Los médicos optaron por someterlo a una hemodiálisis para aliviar el funcionamiento de sus riñones, muy complicados por el exceso de antibióticos. Siguió con drenajes y conectado a ventilación mecánica.
Goic recordaría años después: “Nunca despegó. Estaba mejor o peor. Desesperadamente se le operó por cuarta vez. Se trajeron antibióticos desde Estados Unidos y Francia, lo último que conocía la ciencia médica. Se consultaron los mejores especialistas extranjeros”.
La familia se contactó con los médicos que habían operado al Papa Juan Pablo II después del atentado en Roma: recomendaron no moverlo de Chile.
Varios amigos se turnaron por las noches para vigilar el ingreso al pabellón donde se encontraba el ex presidente. Ninguno, sin embargo, podía controlar el acceso de personal médico a la UTI.
El 17 de diciembre Frei fue sometido a una cuarta operación para limpiar la cavidad peritoneal, invadida por sustancias purulentas producidas por la infección que se hacía incontrolable. En la clínica se congregó un selecto grupo de médicos entre los que figuraban Vicente Contreras, Juan Luis González, Gonzalo Sepúlveda, Ramón Valdivieso, Juan Pablo Beca, Mauricio Parada, Carlos Zabala y Juan Reyes, entre otros.
Alguien cercano a la familia recibió una llamada telefónica en que le decían que un paramédico de apellido González estaba infectando al ex mandatario. Pero no había nadie con ese apellido en el personal de la clínica.
Los esfuerzos fueron inútiles. Frei Montalva sufrió progresivas fallas multisistémicas que culminaron con su muerte a las 17 horas del viernes 22 de enero de 1982, cinco días después de haber cumplido 71 años.

MUESTRAS Y AUTOPSIA
Pocos minutos después de su fallecimiento llegaron a la Clínica Santa María dos patólogos de la Universidad Católica, Helmar Rosenberg Gómez y Sergio González Bombardiere, acompañados por el auxiliar Humberto Gallardo, para efectuar una autopsia y embalsamar el cadáver, trabajo que realizaron sin nadie presente, según declaró Rosenberg ante el juez Madrid. El equipo había sido enviado por el doctor Hernán Barahona, jefe de los anatomopatólogos del Hospital Clínico de la UC, a petición, aparentemente, de los médicos encargados por la familia Frei -los doctores Patricio Rojas y Patricio Silva-, para servir de enlace con los distintos profesionales involucrados en la atención del ex presidente.
Rosenberg aseguró al juez Madrid que sacaron muestras del hígado, riñón y pulmones de Frei Montalva, tarea que concluyeron cerca de las 21 horas. Más tarde, en el Hospital Clínico de la UC, fotografiaron las vísceras y prepararon muestras para efectuar posteriormente la microscopía electrónica. Agregó que, a mediados de marzo de 1982, tras concluir las pruebas de laboratorio, realizó un protocolo manuscrito de todo lo encontrado, información que entregó al doctor Barahona. Poco después, por instrucciones de su jefe se reunió con los doctores Rojas y Silva para darles a conocer los antecedentes, sin que ellos pidieran análisis adicionales.
Aquella autopsia permaneció extraviada casi veinte años, hasta que en enero de 2003 fue encontrada en un archivo del hospital clínico de la UC, rotulada como NN. Incautada por el juez Madrid, fue exhibida a la secretaria Carmen Barahona Solar, encargada en 1982 de transcribir las cintas donde los patólogos de la UC grababan las autopsias. Para sorpresa del magistrado, la mujer indicó que el informe no correspondía en su totalidad al que ella había transcrito con su máquina de escribir; es más, la autopsia entregada por la UC estaba escrita en computador e impresa en un papel diferente al que ella utilizaba.
Este embrollo ha sido una de las principales líneas de investigación del juez Alejandro Madrid, quien al parecer aún no consigue precisar lo que verdaderamente ocurrió en aquel procedimiento forense.

FATÍDICO MARTES 8
El martes 8 de diciembre de 1981, mien-tras Frei ingresaba al quirófano para un aseo quirúrgico de urgencia, en la galería 2 de la Cárcel Pública cuatro presos políticos del MIR -los hermanos Ricardo y Elizardo Aguilera, Guillermo Rodríguez Morales y Adalberto Muñoz Jara-, junto a cuatro presos comunes eran víctimas de envenenamiento con la bacteria Clostridium botulinum, que fue sembrada en su comida. Seis de ellos lograron salvarse gracias a la Vicaría de la Solidaridad y el Codepu, que consiguieron el anticuerpo de la toxina en Estados Unidos y Argentina. Dos presos comunes, Víctor Hugo Corvalán Castillo y Héctor Pacheco Díaz, murieron los días 9 y 20, víctimas de una “intoxicación aguda inespecífica”, según precisó el Servicio Médico Legal.
Poco tiempo después, la tecnóloga médica Eliana Gladys Marambio, del Instituto Bacteriológico, quien había diagnosticado la intoxicación por botulismo en los presos, intentó rescatar en el Servicio Médico Legal parte del intestino del primer fallecido para analizarlo. Pero las muestras habían desaparecido.
Las toxinas botulínicas se cuentan entre las más letales. La variedad denominada cepa A es mortífera aún utilizada en una proporción de una milésima de millonésima de gramo por kilo del cuerpo humano, lo que le confiere un potencial tóxico cien mil veces superior al gas sarín. Producida por la bacteria Clostridium botulinum, esta toxina se disuelve fácilmente en agua cuando está en polvo fino. Podría emplearse en ataques con aerosol (pese a que en contacto con el aire se descompone y pierde rápidamente gran parte de su toxicidad), o para contaminar los alimentos. Los síntomas comienzan con náuseas, diarrea, mareo y debilidad. Se les suman más adelante visión doble, dificultades respiratorias por acumulación de flemas y convulsiones, hasta producir la muerte.

CONEXIÓN CON BERRÍOS
Al promediar el otoño de 1995 fue encontrado en una playa de Uruguay el cadáver del químico de la Dina Eugenio Berríos, quien fue sacado de Chile en 1991 por agentes de la Dirección de Inteligencia del Ejército (Dine), para evitar que revelara a la justicia la información que tenía sobre actividades secretas de la Dina y del ejército. Berríos fue ejecutado con dos balazos en la nuca, sepultado cabeza abajo y con sus manos amarradas con alambre, un método empleado por organizaciones mafiosas para eliminar a los traidores.
En los meses siguientes, empezaron a conocerse las actividades de Berríos, en especial su papel como fabricante de gases y toxinas para uso de la Dina y de unidades secretas del ejército. Se conoció de la manipulación de gas sarín en varios asesinatos cometidos por la Dina y de la producción de venenos químicos para una eventual guerra con Perú o Argentina. También se supo de su enorme interés por conseguir nuevos métodos para la refinación de cocaína, a la que era adicto.
En octubre de 2000, desde La Moneda se pidió al director de Investigaciones que hiciera una prospección sobre las probabilidades de que el ex presidente Frei Montalva hubiese sido envenenado. El director, Nelson Mery, encargó la tarea a uno de sus mejores agentes, Nelson Jofré, quien inició su pesquisa en el Instituto de Salud Pública. A las pocas semanas, había conseguido algunos datos sorprendentes.
Uno de ellos señalaba que en julio de 1981, por encargo del jefe de seguridad del Bacteriológico, el comandante Jaime Fuenzalida Bravo, un funcionario de la entidad había retirado desde la Cancillería un paquete que contenía un tubo con Clostridium botulinum. La toxina, que había llegado por valija diplomática, quedó en manos del director del Instituto, el coronel Joaquín Larraín Gana.
El detective Jofré pudo establecer los lazos que existían entre el Bacteriológico y el Complejo Químico del Ejército, en Talagante. Pero su búsqueda también permitió descubrir la existencia del muy secreto Laboratorio de Guerra Bacteriológica, en calle Carmen 339, donde hoy se encuentra el Archivo Judicial, y que dirigía el médico Eduardo Arriagada Rehren.
Desde el Bacteriológico se suministraban equipos, muestras químicas y biológicas, además de animales para experimentación, no sólo a algunas unidades militares sino también a médicos de la Colonia Dignidad. Otro antecedente hallado por Jofré fue la relación de Eugenio Berríos con varios profesionales del Instituto.
Poco después de la investigación de Jofré, la familia Frei se hizo parte judicial por el secuestro y asesinato de Berríos, que llevaba en el Sexto Juzgado del Crimen la jueza Olga Pérez, y que poco había avanzado hasta entonces. Eso cambió radicalmente a partir del 31 de enero de 2003, cuando asumió el juez Alejandro Madrid, quien abrió nuevas líneas de investigación.

EL CHOFER ENQUISTADO
Raúl Lillo Gutiérrez, ex agente de la Dina y de la CNI, perteneciente a la Brigada Político-Sindical de esta última, y luego miembro de la Unidad Especial de la Dine, reveló al juez Madrid una conversación con Eugenio Berríos, mientras lo custodiaba estando retenido en Uruguay. Berríos -aseguró Lillo- le comentó que en diciembre de 1981 había logrado introducir una toxina preparada por él en unas latas de conservas a la ex Cárcel Pública, para envenenar a unos miristas.
Un dato del inusual currículum de Lillo interesó al magistrado. Mientras estuvo en la Dina y en la CNI, Lillo había sido el agente de control de Luis Becerra, chofer de confianza de Frei Montalva, quien actuó como informante de la Dina hasta mediados de los 90, cuando trabajaba con Andrés Zaldívar.
El objetivo de Berríos en la Cárcel Pública, por encargo de un hasta ahora anónimo jefe, aparentemente no eran los miristas que resultaron envenenados, sino el jefe de la fuerza central del MIR, Carlos García Herrera, quien había integrado el comando que ejecutó el 15 de julio de 1980 al coronel Roger Vergara, director de la Escuela de Inteligencia del Ejército.
Vergara dirigía una reservada investigación sobre un cuantioso fraude con el IVA, cercano a los 20 millones de dólares, y algunos otros negocios oscuros emprendidos por el general Manuel Contreras, ex jefe de la Dina, a través de varias empresas creadas por él y un grupo de amigos. La muerte del coronel Vergara motivó que Pinochet sacará al general (r) Odlanier Mena, adversario acérrimo del ex jefe de la Dina, del mando de la CNI. Años después se sabría que Eugenio Berríos había recibido también una petición de Manuel Contreras para preparar un veneno para agregar al té que se servía al general Mena.
El año 2003 la familia Frei redobló sus esfuerzos para esclarecer la muerte del ex presidente. Reaparecieron las dudas que tuvo el médico que operó a Frei inicialmente, el doctor Augusto Larraín, primo de los hermanos Zaldívar Larraín. También se insistió en que la familia Frei no había autorizado la autopsia ni la extracción de muestras de tejidos. Pidieron, además, que se investigara al personal médico y paramédico que trabajaba en la Clínica Santa María en 1981.
Surgió entonces una nueva vertiente de sospechas. A lo menos tres médicos que habían prestado servicios a la Dina -los doctores Pedro Valdivia Soto, Sergio Vélez Fuenzalida y Enzo Fujije- laboraban en la Clínica Santa María en el período en que Frei Montalva estuvo internado allí. Los tres formaban parte de un grupo más amplio de colaboración con agentes de la Dina y CNI en interrogatorio y tortura de prisioneros, tanto en cuarteles secretos como en las clínicas Santa Lucía y London. En diversos procesos judiciales se ha determinado que a numerosos secuestrados se les inoculó agentes químicos y biológicos que, en varios casos, les produjeron la muerte.
A partir de abril de 2005, el juez Madrid se abocó, en un proceso aparte, a tratar de despejar las dudas sobre la muerte del ex presidente Frei Montalva. Una arista ha sido investigar si existía personal médico o auxiliar en la clínica que trabajara secretamente para los aparatos represivos de la dictadura y que pudiese haber “plantado” alguna toxina en el cuerpo del ex presidente. Otra línea de investigación han sido los peritajes forenses a muestras de tejidos de Frei, para identificar sustancias tóxicas que pudieran haberle producido la muerte.
La jefa de peritos, la doctora Carmen Cerda, estremeció los ámbitos político y de tribunales al declarar, refiriéndose a la muerte de Frei Montalva: “Hubo intervención de terceros. Le administraron un conjunto de sustancias en distintas ocasiones”. La afirmación fue mediada por el magistrado, quien ha mantenido cuidadosa reserva de su investigación. Una parte considerable del expediente lo mantiene guardado bajo siete llaves, sin que nadie lo conozca hasta hoy. Lo dicho por la doctora Carmen Cerda parece creíble. Ella sostuvo, por ejemplo, hace bastante tiempo, que Raúl Pellegrín y Cecilia Magni, ex comandantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, habían sido asesinados, contradiciendo los exámenes de sus colegas, que sostuvieron que habían perecido ahogados. Hoy no caben dudas de que ambos fueron asesinados mediante atroces torturas.
Un antecedente que maneja el juez Madrid es la identidad falsa de un probable funcionario de la Clínica Santa María que habría sido portador de las toxinas que provocaron la muerte de Frei Montalva.
Así, paso a paso, el juez Alejandro Madrid, un investigador riguroso, avanza inexorablemente hacia la verdad.

MANUEL SALAZAR SALVO

(Publicado en revista “Punto Final” edición Nº 667, 25 de julio, 2008)