domingo, 28 de marzo de 2021

¿QUÉ TIENE QUE VER EL FARAÓN HEREJE AKENATÓN CON LA BIBLIA?

UN FARAON DIFERENTE
 

Su nombre fue borrado de la historia. El faraón Akenatón sufrió el peor de los males para los antiguos egipcios, la damnatio memoriae, que lo condenaba al olvido y, por la tanto, a la muerte definitiva, sin oportunidad de renacer cada vez que alguien leía su nombre. Hasta que la arqueología lo resucitó.


Empezó a gobernar como Amenhotep IV hace casi 3.800 años. Su nombre, que también llevó su padre y antecesor, significa: Amón está satisfecho. Pero dejaría de estarlo pronto. El joven faraón impulsó una reforma religiosa que apartó al gran dios Amón del culto para imponer en su lugar a Atón y se cambió el nombre por el de Akenatón (agradable a Atón). Y no solo eso, promovió lo que muchos consideran el primer monoteísmo de la historia.


Para llevar a cabo su revolución, trasladó la corte a una nueva ciudad que mandó construir en el centro del país: Ajetatón (el horizonte de Atón). Todos estos cambios pudieron obedecer a la fe del faraón, aunque seguramente algo tuvo que ver el poderoso clero de Amón que dominaba Tebas y, por tanto, todo el doble país del Nilo.


Como principal representante de Atón en la tierra, Akenatón le dedicó un himno que al parecer escribió él mismo. Empieza así: “Forma las corrientes de agua en las montañas como el mar-muy-verde”. Y prosigue: “Cada rebaño está satisfecho de su hierba; verdean los árboles; los pájaros que se lanzan volando de sus nidos, con las alas desplegadas, están en adoración ante su ser”. El texto, traducido por el egiptólogo Josep Padró en su libro Secretos del antiguo Egipto, es mucho más largo.


Curiosamente, estas palabras resuenan en otro texto posterior, uno de los muchos que integran la Biblia. Se trata del Salmo 104 dedicado a Yahweh y que se atribuye al rey David. Empieza así: “Haces brotar en los valles los manantiales, que corren luego entre los montes”. A continuación: “Allí beben todos los animales del campo, allí matan su sed los asnos salvajes. Allí cerca se posan las aves del cielo, que cantan en la fronda”. Los paralelismos siguen a lo largo de los dos textos.

Akenatón con su mujer Nefertiti y sus hijas. Los faraones no se mostraban generalmente en imágenes con familia.

Parece que el rey David, o quien fuera, se inspiró en las palabras que Akenatón escribió a su dios Atón ensalzando la belleza de su creación y las transformó a su manera para dedicárselas a otro dios monoteísta con el mismo propósito.


La transmisión oral del himno a través del tiempo sería la causa de su adaptación hebrea. Recordemos que Moisés inició el éxodo de Egipto en una época posterior pero muy cercana al reinado del faraón hereje. Algunos egiptólogos apuntan incluso que podría ser un personaje egipcio, ya que su nombre en hebreo Moshe derivaría del nombre egipcio Mose. ¿Sería el mismo Moisés o sus acompañantes quienes transmitieron el himno de Atón? Eso ya es una especulación. De lo que no hay duda es, tal y como afirma el especialista en Atón, Jan Assman, que “a diferencia de Moisés, Akenatón fue una figura exclusiva de la historia y no de la memoria”.

SÍLVIA COLOMÉ  -  28/03/2021 07:00  -  La Vanguardia

 


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